Derny: orígenes y curiosidades de un ciclomotor pensado para la carretera, pero que ha terminado siendo esencial en el velódromo

Curiosa imagen de Merckx como piloto de derny.
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Una derny es una motocicleta con un motor asistido por un sistema de pedaleo que se usa en las competiciones de pista para marcar el ritmo en las primeras vueltas de una competición de keirin antes de que los ciclistas se queden solos en las últimas vueltas para lanzar el sprint Una definición correcta que más o menos daría cualquier aficionado al ciclismo en pista, pero que, sin embargo, tiene algunas imprecisiones que intentaremos desvelar en este post.

El primero de todo proviene de su nombre, ligado a su origen, ya que derny no era originariamente un nombre genérico de un tipo de motocicletas, sino el nombre del fabricante, Roger Derny et Fils, que creo sus máquinas en 1938, en su taller de París, pero no con destino a la pista, sino a la carretera, concretamente a esa mítica carrera ya desaparecida que era la ‘Burdeos-París’, en la que la primera parte del recorrido de 560 kilómetros se cubría detrás de un ciclomotor para marcar el ritmo y cortar el viento a los corredores en ese durísimo esfuerzo.

Se trataba de un ciclomotor, con un característico depósito de gasolina en la parte delantera, con un motor de dos tiempos Zurcher de 98 cc, pero su característica más importante es que llevaba una combinación de 70 dientes en el plato y 11 en el piñón, en un mecanismo que permitía acelerar y decelerar suavemente y, sobre todo, no detenerse si el motor fallaba. Por eso comenzó a ser apreciada en los velódromos, principalmente para entrenamientos o marcar el ritmo, algo que antes tenían que hacer los entrenadores recurriendo a otro tipo de motocicletas e incluso a tándems de dos o más integrantes.

El ganador del Europeo 2018, Van der Lijke.
Y de los entrenamientos, a las competiciones no pasó mucho tiempo, aunque no fue el keirin quien introdujo a las dernys en acción, con lo que acabamos con otro de los mitos de estas máquinas. Porque el keirin japonés se disputa sin estas motocicletas y es otro ciclista el que marca el ritmo en las primeras vueltas, aunque cuando se universalizó esta disciplina, en la década de los 90 del siglo pasado, la UCI recurrió a una máquina de este tipo para conducir la carrera. Y es que, de hecho, eran muy comunes ya en competiciones. Las pruebas de Seis Días comenzaron a incluir en su programa carreras tras derny, para hacer un programa más variado y dar descanso alternativo a los integrantes de la pareja e incluso en 1962 se comenzó a organizar un Campeonato de Europa de esta disciplina, en el que sobresale el nombre del neerlandés Peter Post, ocho veces ganador, pero también otros conocidos ruteros como Patrick Sercu, ‘Didi’ Thurau o Gerrie Knetemann, y que incluso tiene como vencedores a algunos ciclistas extraeuropeos como el australiano Danny Clark.

El Campeonato fue oficializado por la UEC en el año 2000, y se disputa de forma conjunta con el de mediofondo tras moto, aunque extrañamente la UCI no haya dado el paso para organizarlo con carácter mundial. En este palmarés oficial encontramos nombres como los de Bradley Wiggins (2003), Kenny De Ketele (2009 y 2015), Elia Viviani (2013) o Jesper Morkov (2014). Desde el año pasado, en Pordenone (Italia), tiene versión femenina, con Marta Cavalli como la primera triunfadora, que se unía al germano Achim Burkart en el podio.

¿Una derny o una bici de descenso? Foto: Cycling Weekly
Derny et Fils cerró en 1957, aunque diversas firmas motociclísticas les sucedieron fabricando ‘dernys’, denominación que ya había pasado a ser genérica. Las características generales se mantuvieron hasta que en este siglo XXI las motocicletas de combustión comenzaron a ser molestas, llegando incluso a prohibirse en algunos recintos. Y aunque todavía pueden verse en algunas pruebas de Seis Días, en otras competiciones, como las Copas del Mundo o los Mundiales, la UCI las ha ido sustituyendo por motos eléctricas, sin ese ruido característico, aunque no es el silencio lo que molesta, sino que ya no necesitan el pedaleo asistido. De hecho, como decía mi compañero Antonio Alix en una retransmisión de Eurosport, recuerdan más a una bicicleta de descenso que a una moto.

Ello conlleva un manejo diferente del que han desaparecido las aceleraciones y deceleraciones suaves que le caracterizaban. La pericia del motorista por compensarlo es fundamental, aunque ya ha habido protestas en algunas competiciones por la desaparición de la progresividad. Una tercera y última característica de estas motocicletas que se nos viene abajo, esta vez por culpa de la evolución tecnológica.

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