Una vez que hemos
conocido el escenario, el velódromo,
tanto de forma general, como en su diseño, y de cómo los factores externos que influyen en el rendimiento, es hora de centrarnos en los protagonistas, ese binomio
hombre-máquina. Y antes de centrarnos en las peculiaridades de los corredores, vamos a analizar esa máquina tan
especial que es la bicicleta de pista,
con la ayuda de una persona tan cualificada como José Antonio Escuredo, ex
corredor, ex seleccionador nacional de España y Venezuela, y actualmente preparador
de numerosos pistards, aparte de ser un estudioso de estos temas.
A pesar de ser una
máquina puntera desde el punto de vista tecnológico, la bicicleta de pista es tremendamente sencilla, mucho más que sus
hermanas de carretera o ciclocross. Sus dos características principales, y que
van íntimamente ligadas son la
utilización de piñón fijo y la ausencia de frenos.
Y es que, gracias a
ello, la regulación de la velocidad
conlleva aceleraciones y deceleraciones menos bruscas que la se provocarían si
se llevaran frenos, con lo que se gana en seguridad en las pruebas colectivas.
Por el contrario, la utilización de piñón fijo obliga a tener que acertar con
el desarrollo que se debe utilizar en cada momento, que se mueve a base de cambios de cadencia y ritmo, y que nos merece un estudio aparte. Ni que decir tiene que una bicicleta de piñón
fijo se detiene, provocando una caída, si se deja de pedalear, aunque es algo
que se aprende en muy poco tiempo.

“Las bicicletas de
carretera tienen una posición más retrasada –explica Escuredo-, no vas tan encima del eje como en las de
pista. En este sentido, la posición de un fondista es la más retrasada, la
del persecucionista va más cerca del eje, más adelantado, mientras que la de
velocidad más más volcado aún. De hecho,
en las pruebas de fondo debes respetar la regla de los 5 centímetros –entre la
punta del sillín y la vertical del eje del pedalier-, pero no en las de
velocidad, donde pueden ir a cero”.
Manillares más estrechos
Igualmente, esa
posición se traduce en el manillar. “Partiendo de la base de que la parte más baja no puede sobrepasar la parte
alta del tubular delantero, los velocistas van en el límite, totalmente
echados sobre la rueda, mientras que los fondistas van más retrasados y por lo
tanto más cómodos”.

Hay que destacar ese
manillar contrarreloj que se permite en las persecuciones y en los 500
metros/kilómetro, con el acople para los antebrazos, y que en este caso se regula de forma específica en el reglamento UCI en
cuanto a su longitud, inclinación y extensión total desde el eje del pedalier,
salvo causas morfológicas.
Otra característica
del cuadro que pasa inadvertida para muchos espectadores son las punteras de las vainas donde se ajustan
las ruedas, que son rectas y más largas con el fin de poder ajustar el eje de
la rueda de forma más adelantada o retrasada, para que la cadena mantenga
la tensión adecuada al montar un piñón más o menos grande. Hablando de la cadena, decir que son mucho más rígidas
y fiables que las de carretera, debido a ese grandísimo esfuerzo que se hace en
determinados momentos, por lo que su precio puede estar muy por encima de
los 200 euros.
Las ruedas
Pasamos a las ruedas
donde se utilizan dos modelos
fundamentales, las ruedas lenticulares y la de bastones. El reglamento
exige que ambas sean del mismo tamaño, entre 550 y 700 mm, pero la elección del
modelo depende de las pruebas y de los corredores, aunque lo más habitual es
que la rueda trasera sea lenticular y la delantera, de palos, aunque hay
excepciones. “La lenticular tiene mejor
aerodinámica, por lo que es habitual que en pruebas como la persecución se
use tanto delante como detrás, aunque hay excepciones como los franceses. La de bastones es más manejable, por lo
que se prefiere usar adelante, en pruebas en las que la arrancada es fundamental,
por lo que en una velocidad por equipos podemos ver al primero con la delantera
de bastones, pero a los otros dos con lenticulares”. Claro, que toda esta
teoría se ve afectada en velódromos descubiertos, donde una leve brisa puede
obligar a prescindir totalmente de las lenticulares.
Ni que decir tiene
que, aparte de las ruedas, los tubulares son vitales. “Hay muchísimos tipos,
especialmente de látex, y en madera se
busca la ligereza, sobre todo en pruebas cortas, con algunos incluso que son de
un solo uso. En las pruebas de fondo buscar la resistencia, porque un
pinchazo puede ser fatal”. La presión de hinchado también es muy superior a la
de carretera.

Y terminamos con los
pedales, donde ya sólo se usan los automáticos, aunque en determinadas pruebas individuales done la arrancada es fundamental,
se refuerza la sujeción del pie con unas cintas de cuero… aunque nunca se
me olvidará el esfuerzo de Oier, el entonces mecánico de la Federación Vasca,
no hace muchos años dando un par de vueltas de cinta americana a los pies de sus
corredores para asegurar la posición.
muy buenas tengo una duda una bicicleta de pista pro,,usa sinta de manillar?....o solo el manillar...gracias
ResponderEliminarpapel de lija, fíjate en un manillar de pista y se ven ásperos en las imágenes.
EliminarQue relación utilizan en el plato y piñón 54 x 10?
ResponderEliminarCambia mucho según las pruebas. No te puedo dar una respuesta general. desde luego un 10 no
EliminarVaría mucho hasta plato 70
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