Tradicionalmente era una prueba que se disputaba en final directa, pero desde el presente ciclo olímpico se compite en dos fases en lo referido a los Campeonatos Continentales y del Mundo. Una clasificatoria, por la mañana, con dos corredores en pista, y una final con los ocho mejores tiempos, con un solo ciclista en acción y saliendo en orden inverso a los tiempos registrados en la matinal. No obstante, puede seguir haciéndose en una sola tanda en otros eventos, como los Campeonatos de España.
La peculiaridad de esta prueba es que todos los competidores deben efectuar su tentativa en el transcurso de la misma sesión. Si la prueba no puede terminarse, por ejemplo, a causa de las condiciones atmosféricas, todos ellos deberán volver a correr en una sesión posterior, y no se tendrán en cuenta los tiempos realizados con anterioridad.
Por otro lado, en la
última modificación reglamentaria se determinó que, en caso de igualdad a
tiempos–se cronometra a la milésima
como en todas las pruebas de pista-,
se desempata por el registro de la última vuelta. Hasta el año pasado, en caso de igualdad no había desempate: se daban
sendas medallas de igual valor a los implicados.
En caso de falsa
salida –que desde este año se señala
también con un doble disparo, como en otras disciplinas-, el corredor
deberá volver a salir inmediatamente; si es por accidente –sea reconocido o no-,
tomará una nueva salida en un plazo aproximado de 15 minutos. En cualquier
caso, solo se admite un máximo de dos
salidas por corredor. El otro competidor deberá continuar con su intentona.
Sin duda el hombre más importante en el palmarés de esta prueba es el francés François Pervis, no sólo por sus cuatro ‘arco iris’, sino por el record del mundo estratosférico que marcó en Aguascalientes: 56.303. Un honor que también tuvo José Antonio Escuredo, plusmarquista con 1:01.945 durante quince días en 1995. Y vuelve a ser el catalán el pistard más laureado en los nacionales, con siete ‘oros’, uno más que los dos Moreno, José Manuel y Pepe, ganador consecutivo de las seis últimas ediciones.
En cuanto a los 500 metros, está englobada en el programa de los Campeonatos del Mundo desde 1995 y ninguna de las actuales figuras ha podido acercarse a los cinco títulos logrados por la francesa Felicia Ballanger en los primeros años. La semidesconocida mexicana Jessica Salazar (32.268) es la recordwoman de la distancia, también amparada en la altitud del velódromo hidrocálido. Tania Calvo tiene tanto la mejor marca como el record nacional homologado, así como una sexta plaza en el Mundial de 2018 y el mayor número de rojigualdos, siete.
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