Estrellas olímpicas (XL): Miriam Vece, de Crema a París, vía CMC Aigle

En primer término, con el bronce de Milton. Foto: UCI Track

No es extraño ver a la italiana Miriam Vece en el podio de los 500 metros en las pruebas internacionales: el pasado sábado conseguía el bronce en la Copa de las Naciones de Milton, después de haber sido plata en la primera cita, en Glasgow. Y en su palmarés figuran tres medallas de bronce en grandes eventos, siempre en esta disciplina, en los Juegos Europeos de 2019, y en el Europeo y el Mundial de 2020.

Sin embargo, ello no le vale a esta lombarda de Crema, de 25 años recién cumplidos, ya que su prueba no es olímpica y su gran objetivo no es otro que estar en París 2024, donde deberá clasificarse en una prueba individual ya que Italia no le brinda actualmente la opción de poder hacerlo mediante la velocidad por equipos.

Por ello, Vece emigró a Aigle, al Centro Mundial de Ciclismo, en 2018, con apenas 18 años, “por un período de cinco meses, luego de manera permanente. Aquí encontré el entorno ideal para superarme: estructuras, equipos de trabajo y entrenadores especializados en este tipo de preparación”. Y, de hecho, en los capítulos de la serie ‘Back on Track’, dedicada a la UCI Track Champions League, se la ve perfectamente integrada junto a otros velocistas como el trinitense Nicholas Paul, el surinamés Jair Tjon en Fa o el tailandés Jai Angsuthasawit. “Somos como una familia. Sin ellos no aguantaría aquí tanto tiempo. Me conocen tan bien que cuando me pasa algo, vienen a ayudarme sin preguntar. Incluso están conmigo, aunque en las carreras esté con mi Federación”, reconocía Vece en la serie de Discovery. Eso sí, antes de ir a Aigle, “lo primero que tuve que hacer es aprender inglés”, aunque reconoce que estar tantos meses con ellos le da un acento caribeño a su inglés.

Con buenos resultados en carretera hasta su etapa junior, “comencé a verme en la parte de atrás en los pelotones y era algo que no me gustaba. De ahí la idea, compartida con Marco Villa y Dino Salvoldi, de centrarme en la pista”. En el Europeo sub23 de 2018, con la victoria en la velocidad y en los 500 metros, “me di cuenta de que había encontrado mi dimensión, pero también que me quedaba mucho camino por recorrer para ser competitiva al más alto nivel”.

En Aigle todo es distinto, “cargas de trabajo, sesiones en el gimnasio, técnica. Para ser competitivo en velocidad en pista hay que olvidarse de los métodos de entrenamiento 'tradicionales'”. Y todo ello “para convertirme en una de las mejores especialistas del mundo, lo que me permitiría escribir un nuevo capítulo para Italia en una especialidad en la que hemos estado ausentes”.

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