El Boulder Valley Velodrome, en busca de una segunda y mejor vida

A pesar de no haber tenido nunca una gran actividad, de estar jalonada su historia de malos momentos y desgracias, y de encontrarse en un estado de pésima conservación, es uno de los pocos velódromos de 250 metros que hay en Estados Unidos, y solo uno de los dos de piso de madera, junto al de Velo Sports Center, en Carson, en la periferia de Los Ángeles, sede de los Mundiales de 2005 y de los Juegos Olímpicos de 2028.

Nos referimos al Boulder Valley Velodrome, que está dispuesto a ser en un futuro inmediato escenario tanto para entrenamiento de ciclistas, como de competiciones locales e incluso de más alto nivel. La adquisición por parte de BVV Holdings LLC y la gestión por parte de Team Colorado Cycling son el primer paso para esa recuperación, que correrá a cargo de financiación privada con una campaña de crowfunding con la que se pretende recaudar al menos 75.000 dólares.

Fundado por iniciativa de Frank Banta y Doug Emerson, fue diseñado por el renombrado Peter Junek, lo que es un aval de su calidad. Comenzó a construirse en 2011 y en 2013, a una semana de la inauguración, un tornado destruyó 70 metros de la pista. Tras un mes de reparaciones, un rayo cayó sobre la madera y poco después, quedó parcialmente destruido por las inundaciones que asolaron Boulder.

Aun así, se puso en marcha y pudo albergar entrenamientos y eventos, aunque sus propietarios la pusieron a la venta en 2019, poco antes de su cierre. Y cuando parecía que los posibles compradores iban a cerrar el trato para adquirirlo y demolerlo, fue cuando BVV Holdings LLC accedió a comprarlo y darle esa nueva segunda vida que esperemos sepa sacar lo mejor de una instalación tan especial.

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