El velódromo de Lleida ya está remodelado y es una vistosa realidad

Con el pintado de las líneas que era lo único que estaba pendiente, mañana se da por finalizada la remodelación del velódromo del Camp d’Esports de Lleida tras dos meses de trabajos… y ocho años de esfuerzos hasta que finalmente se han llevado a cabo.

La pista ya estaba disponible desde el martes de la semana pasada, y con un llamativo aspecto, puesto que el suelo es de un poco habitual color morado, con la zona azul de ese mismo color y los muros, en un amarillo mostaza. “Nos ha constado tanto que hemos querido hacer algo diferente”, nos cuenta Manel Tomás, técnico del club Terres de Lleida, que lleva la gestión del velódromo, y uno de los dos grandes artífices de la remodelación, junto con el presidente del club, Ramón Simó.

Y es que la pista estaba tan deteriorada, que prácticamente resultaba inutilizable. Incluso se pensó en un nuevo velódromo antes de la pandemia, en lo que sería un acuerdo entre la Paería -el Ayuntamiento leridano-, el gimnasio Ekke y el club ciclista. Sin embargo, todo quedó paralizado y al final se optó por algo más factible e inmediato como la remodelación, gracias a un acuerdo por el que el gimnasio hacía gran parte de las obras a cambio de la cesión del exterior del velódromo para ser usado como parking.

“También hemos hecho, pero a nuestro cargo, obras de mejora en el interior, con dos vestuarios separados, que no existían, un taller, gimnasio, almacén… Nos queda la parte interior del velódromo, que era una antigua cancha de hockey, que la vamos a restaurar, pero de momento nos hemos quedado sin dinero”, nos cuenta Tomás.

Sin embargo, lo importante es que “la pista ha quedado perfecta. Se puede rodar más rápido y lo importante es que los chavales van seguros”. El nuevo pavimento se ha colocado mediante el sistema SportPlus, un revestimiento deportivo a base de resinas sintéticas especialmente diseñado para la práctica deportiva, y que es similar al existente en los velódromos de Mataró y Tortosa, reformados en los últimos años.

Un problema de educación

El segundo problema era la limpieza, ya que era un lugar al que se podía acceder sin obstáculos, por lo que se usaba bastante para hacer botellón, con numerosos residuos en forma de cristales y basuras en el interior. “Se ha puesto una valla perimetral, y por lo menos no se puede ya acceder. Y esperemos que pueda seguir así”. Eso sí, el lanzamiento de objetos desde el campo de futbol aledaño puede continuar, ya que las gradas ‘vuelan’ sobre la pista y esto no tiene fácil solución. “Es un problema de educación, que esperemos que se resuelva”, aunque se ha dado el caso de gente que ha llegado a orinar desde esa ubicación.

El velódromo de Lleida fue inaugurado el 1 de enero de 1919, teniendo una notable importancia en la década de los veinte. Fue totalmente remodelado en 1944 y en los sesenta también tuvo una notable actividad, con una nueva reforma en los ochenta, aunque en los últimos años se había acentuado completamente su deterioro. Como decíamos, está gestionado por el Club Terres de Lleida, cuya Escuela de Ciclismo entrena martes y jueves de 6:00 a 9:00, “pero la instalación puede ser usada por todos, sin necesidad de que sean socios. Solamente pedimos que nos avisen, sobre todo para la gente que viene sin bicicleta de pista”.

Un velódromo que no tiene los 260 metros que aparecen reflejados en muchos documentos y que fue su media original, sino 234,35 como consecuencia de las distintas remodelaciones, algo que no favorece las competiciones oficiales, aunque lo importante es que ya se pueda utilizar el velódromo para entrenar en las mejores condiciones.

Fotos: CC Terres de Lleida

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