Así son los diez meses de estricta disciplina de los noventa y tres alumnos del Instituto Japonés de Keirin para llegar a ser profesionales

Un momento de la ceremonia de ingreso. Instagram JIK

El pasado día 16 se llevó a cabo la ceremonia de ingreso de los noventa y tres cadetes de las promociones 127 (hombres, unos setenta) y 128 (mujeres, unas veinte) que hasta el próximo mes de marzo permanecerán en el Instituto Japonés de Keirin (JIK) para conseguir una licencia como profesionales que posiblemente les permita vivir toda su vida. De esta forma se sumarán a los 2.161 hombres y 187 mujeres que actualmente disfrutan de esta condición.

Ya hablaremos de los requisitos que deben cumplir para ingresar en este centro que, en su momento, se equiparaba en dureza a una academia militar, y que muchos siguen creyendo que se mantiene hoy en día, algo inexacto Y aunque los requisitos son, efectivamente, bastante duros, hay que destacar que apenas se producen deserciones y que los incidentes entre los alumnos son muy escasos, ya que, aunque el keirin es una disciplina individual, la colaboración es también una característica de este deporte y de la propia sociedad japonesa.

Separación por sexos y aislamiento del exterior

Dos características llaman la atención por encima de todo. Por un lado, la estricta separación de hombres y mujeres, no sólo en sus habitaciones, sino en los espacios comunes como el comedor, donde no se pueden mezclar. Ni que decir tiene que cualquier interrelación o acceso a las zonas reservadas puede llevar la inmediata expulsión. Incluso tienen días distintos para utilizar los teléfonos, uno de los cinco aparatos existentes en el locutorio, que solamente pueden usar cinco veces al mes. Y con ello ya vemos la segunda característica, el aislamiento del exterior, ya que están absolutamente prohibidos los móviles, aunque pueden usarlos en sus salidas, un domingo de cada dos, y en el periodo vacacional en el que regresan a sus domicilios.

Día de llamada masculina. Instagram JIK

También se han relajado bastante las normas en cuanto al aspecto físico. Los alumnos ya no deben ir rapados, pero el pelo no debe montar por encima de las orejas, mientras que para las mujeres tampoco debe pasar del cuello ni tapar los ojos, y debe ir recogido cuando desarrollen cualquier actividad física. Los tintes y los tatuajes -un reminiscencia de la Yazuka, que no gusta nada en Japón- están radicalmente prohibidos.

Ni que decir tiene que también está prohibido fumar, beber, salir sin permiso, los juegos de azar, los actos de violencia o contra la propiedad, así como los desafíos a los instructores, las declaraciones falsas de material y cualquier perturbación del orden del centro.

De Tokio a Izu

Creado como Japan Cycle Centre en 1950 en Chofu, cerca de Tokio, pasó a llamarse Japan Keirin School en 1955, aunque fue en 1968 cuando se trasladó a Izu, con el objetivo de buscar un aislamiento más acorde con la filosofía del centro. Desde 2019, se denomina Japan Institute of Keirin y congrega más pistas que muchos países: dos de asfalto de 400 y 333 metro y una cubierta, de madera, de 250, aparte del colindante velódromo olímpico, que utilizan los seleccionados japoneses. Gimnasios, salas de musculación y sobre todo de bicicletas estáticas con modernos aparatos de medición completan las instalaciones propias, sin olvidarnos tampoco del Japan Cycle Sports Center, donde se encuentra esa recta que tantas veces hemos visto con una pendiente del 14% donde se realizan numerosos tests de potencia y que es tan complicada de subir como de bajar… con piñón fijo.

Desde el 1 de abril de 2010 está dirigido por Masamitsu Takizawa, uno de los grandes pilotos nipones, coetáneo de Koichi Nakano, pero también bronce en keirin en el Mundial de 1985. Es el responsable de la modernización de la escuela, no sólo en sus normas, sino en darle un carácter más compatible con el keirin internacional, y en marcar una línea de colaboración con la Federación Japonesa, de tal forma que los pilotos puedan tener oportunidades de brillar en eventos internacionales como los Juegos Olímpicos.

Dos bicicletas... y un coste de 8.800 euros 

Cuando un alumno ingresa en la escuela solo se debe preocupar de llevar dos bicicletas, una de pista, bajo estrictos requerimientos y que se limita a muy pocos fabricantes -recordemos que los cuadros están hechos de diferentes materiales para hombres y mujeres- y otra de carretera. De lo demás se encarga el JIK. Y aunque la matrícula es gratuita, todo lo demás deben pagarlo allí, por ejemplo, la ropa o la comida, que se les factura mensualmente, así como los gastos extra que puedan tener. Por cierto, la comida no sólo garantiza 3.200 calorías diarias para las mujeres y 4.300 para los hombres, sino que no está limitada… aunque siempre pueden conseguir más -pagándola-en máquinas expendedoras, ya que tampoco pueden traerla de fuera.

Montaje del JIK con escenas de la vida cotidiana 

En todo caso, si no disponen del dinero para hacer frente a los pagos, el JIK les proporciona un crédito personalque saldarán con los premios que consigan cuando ya sean profesionales. El coste de los diez meses de formación viene a ser de 1,5 millones de yenes, unos 8.800 euros.

Una hora libre al día

La jornada diaria comienza a las 6:30, aunque se puede solicitar un permiso de práctica independiente para entrenar desde las 5:00. Las primeras actividades del día son la limpieza de las zonas comunes y el desayuno para tener tres periodos de actividades por la mañana, de unos 40 minutos cada uno, antes del almuerzo, de 11:25 a 12:05, y otros cinco por la tarde, hasta las 17:00. Baño, cena y estudio completan la jornada antes de la única hora libre que tienen en todo el día. Las luces se apagan a las 22.00.

Las actividades combinan teoría y práctica, cambiando los horarios, y sin que la lluvia sea un obstáculo para salir al exterior, ya que en el keirin las competiciones se realizan bajo cualquier tipo de circunstancia meteorológica. Y entre las ‘asignaturas’, desde el manejo de la bicicleta -no olvidemos que muchos alumnos provienen de otros deportes y no tienen demasiado conocimiento-, normas del keirin, legislación. Son frecuentes también las conferencias de grandes pilotos e incluso de ciclistas y técnicos extranjeros.

Los alumnos se someten a tres exámenes anuales antes de su licenciatura, aunque puede suceder que alguno que presente dotes especialmente destacables sea licenciado antes de acabar el curso, en enero, como les sucedió a Kaiya Ota y Shinji Nakano, alumnos de la promoción 121 y futuros olímpicos japoneses en París 2024.

Si os interesa el tema, podéis acceder a más información en la web del centro, pero sobre todo en el medio japonés More Cadence que periódicamente saca reportajes periódicos referidosa la vida en el JIKY por supuesto, ver este interesante reportaje protagonizado por Sir Chris Hoy que recuerda cuando pasó por la entonces llamada Japan Keirin School, un requisito también necesario para los extranjeros que son invitados.

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