Dentro de un mes, el Velodróme National de Saint-Quentin-en-Yvelines se cerrará a todo tipo de actividad con el fin de ultimar los trabajos de preparación para que se convierta en sede de las pruebas olímpicas de ciclismo en pista, del 5 al 11 de agosto, y de las paralímpicas, del 29 de agosto al 1 de septiembre.
De esta forma, permanecerá cerrado desde el 28 de junio al 15 de septiembre y en estos días previos que faltan tendrá que salir de ahí material tan diverso como las bicicletas de aquellos que montan habitualmente en la pista -hay más de 600 abonados-, las oficinas de la FFC, que se trasladarán durante estos dos meses y medio al Instituto Aerotécnico, en la vecina Saint-Cyr-l'École -a 5 minutos en coche- e incluso toda la publicidad habitual que no se permite en los Juegos. Igualmente se deberán adecuar los espacios necesarios para organización o prensa. Lógicamente tampoco se permitirán visitas ni las actividades ‘sociales’ habituales. Tan sólo los pistards galos podrán permanecer algunos días entrenando en la pista, pero solamente hasta el 12 de julio.
Un velódromo que ya estuvo cerrado recientemente, entre el 9 y el 24 de abril, para acondicionar la pista. Y es que el anillo no había sido nunca lijado en sus más de diez años de existencia. Una pista de madera siberiana, de 250 metros de largo y caracterizada por ser una de las más anchas del mundo, de 8 metros, con inclinaciones mínimas de 13 grados y máximas de 44, que permiten velocidades superiores a los 85 kilómetros hora, y que presentaba obvios signos de desgaste. “Parecía inconcebible que presentáramos al mundo una pista maltratada”, comentaba el presidente de la FFC. Michel Callot. Y, además, de renovada, París 2024 tendrá una pista que se presume muy rápida.
“Tenemos que estar a la altura de cara a los Juegos Olímpicos”, añadía Jean-Michel Fourgous, presidente de la aglomeración de Saint-Quentin-en-Yvelines, que ha asumido el coste de las obras, unos 150.000 euros, y que ha consistido básicamente en un lijado a mano -aunque se han sustituido algunos listones- coordinado por Vélopolis, propietaria del proyecto que garantiza el funcionamiento y el mantenimiento del velódromo nacional, bajo la supervisión de la empresa especializada VeloTrack. En todo caso, apenas se han ‘comido’ un milímetro de madera, en una operación que no será necesario repetir hasta dentro de diez años.
Eso
sí, el mantenimiento de la estructura que soporta la pista, totalmente de
madera, no ha necesitado ningún trabajo adicional ya que por sus especiales
características tiene una atención permanente.
Proyectado
dentro de la candidatura de París a los Juegos Olímpicos de 2012, la ciudad
de Montigny-le-Bretonneux fue elegida como ubicación del gran velódromo
francés, ubicado en la periferia parisina. Y aunque el proyecto olímpico no
fructificó, la construcción sí siguió adelante, con el diseño Ralph Schürmann,
uno de los ‘tres tenores’ de la arquitectura de velódromos, en parte por el empeño
del hoy presidente de la UCI y del Comité Olímpico Francés y entonces máximo
mandatario de la FFC, David Lappartient, para convertirse en una realidad
el 13 de enero de 2014, cuando abrió sus puertas al público.
Desde
entonces hasta ahora ha acogido dos Mundiales élite -2015 y 2022-, y uno de
paraciclismo, también hace dos años, un Europeo -2016- y una manga de la
Copa del Mundo, así como dos pruebas de la UCI Track Champions League, por lo
que es un recinto sobradamente conocido por buena parte de los ciclistas que
serán olímpicos o paralímpicos dentro de pocos meses. Pero tampoco se debe
de olvidar otro detalle que lo hizo único, la adaptación de su ‘pelousse’ como vacunódromo
entre el 18 de enero de 2021 hasta el 25 de febrero de 2022, aunque ello no
impidió que los ciclistas franceses pudieran seguir entrenando.
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