Richardson, Hoffmann y Glaetzer. Foto: UCI Track |
Pepe Moreno, uno de los mejores y más expertos velocistas
españoles, nos cuenta que “seguro que en los entrenamientos Glaetzer no se
quedaba. Pero algo le debió pasar. Porque en una ronda puedes tener un fallo
por cualquier cosa, por los nervios, por una mala reacción en una arrancada tan
rápida. Te puedes cortar y así les pasó, que hizo un tiempo discreto,
cuando sus compañeros estaban fortísimos. Pero si te pasa dos veces…”.
Y de cara a la final B, Australia no quiso arriesgar. Glaetzer
arrancaba en un tiempo más que aceptable, 17.551, para que sus compañeros,
con 12.014 y 12.032, estableciesen el mejor tiempo de los tres que hicieron en
Saint Quentin, un 41.597 que superaba el récord de 41.600 que tenían precisamente
en este escenario, en el Mundial de 2022.
Glaetzer, la clave. Foto: UCI Track |
En todo caso, añade Moreno, “me parece muy extraño que le hayan soltado de rueda dos
veces y que luego te sea capaz de arrancar en 17.5. No sé si será porque el
cambio de ritmo de ‘Hoffy’ sea muy duro, porque su primera media vuelta no es
tan rápida como la de otros, pero tiene una segunda media vuelta increíble, que
obliga a Richardson a apretar desde el principio”.
De todas formas, hay una segunda lectura que es que, de
cara a la velocidad de hoy, Glaetzer no tomará la salida y lo harán sus dos
compañeros, lo que demuestra que no está en tan buen momento como los otros dos.
En todo caso, un colofón de bronce merecido para un ‘Matty’
que ya ha anunciado su retirada después de estos Juegos, aunque Australia
tiene otro tercer relevista de plenas garantías como Thomas Cornish, 24
años, para darle continuidad al equipo de velocidad.
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