La tradicional ceremonia protocolaria en pista que debe recuperarse

Entrega a los ganadores sub23 de Gante. Foto: Lotto Zesdaagse
Si a cualquier aficionado al ciclismo le piden que describan lo que es una ceremonia protocolaria, lo tendría bastante claro: tres posiciones donde se ubican los tres mejores de la carrera, pudiendo ser cajones de diferente altura a los que se suben los ciclistas -y con ese error demasiado habitual de no saber dónde colocar el segundo puesto, con lo fácil que es recodar esa cita bíblica de ‘a la derecha del padre’-, y con un fondo de lona o tela con la publicidad de los patrocinadores de la prueba. Y si hablamos de pruebas mayores, esa ubicación se traslada a un camión-podio, con una zona oculta de aseo y espera para los galardonados y las autoridades, con una pantalla como fondo que permite la personalización publicitaria.

Ese primer esquema es habitual también para las competiciones de pista… aunque tradicionalmente existía otra fórmula protocolaria mucho más rápida y adecuada a la idiosincrasia de los velódromos: en la misma línea de llegada. Allí el mejor o mejores corredores recibían su trofeo y/o sus ramos nada más terminar la prueba, reduciéndose a un número bastante razonable las personas participantes en la premiación. Es cierto que, bien distribuidas, las ceremonias protocolarias pueden ser una pausa de recuperación para los corredores en el normalmente intenso programa de competiciones en un evento de pista. Pero también es cierto que cuantos más corredores implicados -o más premios a entregar- más fácil es que este momento se haga interminable.


Por ello, rompo una lanza a favor de recuperar este sistema tradicional, incluso con pequeñas variantes como cambiar la orientación de forma que el público pueda verlo desde las gradas, como se muestra en este vídeo de la ceremonia final de los Seis Días de Gante. Incluso una ‘trasera’ móvil podría ser usada si se quiere dar ese fondo publicitario, y por supuesto, no hay nada que limite la presencia de dos o tres autoridades aunque muchas veces en esto de la pista, se suplen por otras personas que participan más por obligación que por interés.

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