Países Bajos, cada vez más líder en los medalleros de la pista mundial

Si bien durante las últimas competiciones del pasado año y este, Países Bajos había superado a Gran Bretaña en el medallero, en el recién finalizado Mundial de Santiago no sólo se ha confirmado la tendencia, sino que los neerlandeses han dado un importante salto en el número de títulos, hasta alcanzar el 40% de los ‘arco iris’ que había en juego, con 9 oros, 2 platas y 2 bronces para un total de 13 medallas.

Todos los campeones neerlandeses. Foto: UCITRack/SWPix

Ni que decir tiene que Harrie Lavreysen ha sido el gran artífice, con casi la mitad de los oros logrados, estableciendo unos récords que poco a poco le están dando el carácter de leyenda. Pero Hetty van de Vouw no quiso ser menos y sumó tres títulos. Y Lorena Wiebes, con otros dos más, sigue dando pasos hacia Los Ángeles, pero con la duda de saber qué hubiera pasado de no haberse caído con Lisa van Belle en la madison, o si los resultados en las pruebas de fondo masculinas hubieran sido más destacados.

A la otrora dominadora Gran Bretaña le cabe el honor de haberse impuesto cuantitativamente, con 14 medallas, una más que los ‘oranje’, de las que 4 fueron de oro, 8 de plata y 2 de bronce. Y la satisfacción de que están en plena renovación y los resultados se incrementarán progresivamente, ya que, además, siguen siendo los mejores en las categorías inferiores. A destacar al prometedor Joshua Tarling, que debe ir cogiendo más peso en el combinado británico, y a Anna Morris, cada vez con más protagonismo.

Italia, con el emotivo triunfo de Elia Viviani y la consolidación de su cuarteta femenina, se fue al tercer lugar del medallero, pero con apenas tres metales (los dos oros y un bronce más). Algo que no debe ser preocupante por la solidez de sus féminas y por la apuesta por una excelente generación que debe ir dando sus frutos en próximos años.

Lo más curioso es que tras ellos, ningún otro equipo logró más de un oro, siendo Dinamarca, Japón, Alemania, Bélgica, Irlanda, México y España quienes subieron a lo más alto del podio. Algunos de ellos con un buen balance global, como las cinco preseas de Dinamarca, o las tres de Japón, país que debe dejar de ser ya considerado como un secundario por los profanos. También sumaron cinco medallas Australia o Nueva Zelanda, pero sin subir a recoger ningún oro, algo porco habitual, pero que puede cambiar en cualquier momento. Francia se quedó en tres, algo también poco frecuente, aunque comprensible vista la selección con la que acudieron: renovación masculina en el fondo, escaso número entre las féminas… y una velocidad que no termina de remontar.

En este grupo, destacar la ratificación del poderío de la persecución danesa, capaz de ganar con un 3:43 a estas ‘alturas’ de ciclo olímpico, la confirmación de la dupla belga Lindsay De Vylder-Fabio van den Bossche, el excelente debut de un Moritz Augenstein que llevaba pidiendo a gritos esta oportunidad, y los gritos, esta vez literales, de Yareli Acevedo al convertirse en la segunda mexicana de la historia en proclamarse campeona del mundo, así como la esperada confirmación de la clase de Lara Gillespie.

Y por supuesto la excelencia de un Albert Torres por el que no pasan los años, logrando ese título que le faltaba en su palmarés y liderando una escuadra española que cambió su imagen como de la noche al día, con algunos detalles interesantes -la persecución por equipos masculina, el ómnium femenino…- pero que deben ser tenidos en cuenta desde la perspectiva de la paciencia que pide el equipo técnico nacional. 

Un análisis que acometeremos en próximos días.

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