Una de
las grandes ausencias en el Mundial de
Pruszkow fue, curiosamente, una de las grandes novedades en el Nacional de
Galapagar. A sus 36 años, Eloy
Teruel pasaba de ser uno de los referentes de la selección nacional de
pista –diez Mundiales consecutivos desde
2019- a ser debutante como piloto de
tándem, en esa nueva experiencia del paraciclismo.
El
murciano confiesa que “tenía claro que
no iba a ir al Mundial y tampoco me extraña, a tenor de cómo han ido las
cosas en los últimos meses. A mi edad estas cosas te resbalan un poco, pero sí me molesta que no me hayan dicho
nada”.
Nuestra
conversación tiene lugar justo el día
después de que Sebastián Mora haya conseguido la plata en la puntuación, la
prueba que le dio la gloria a Teruel, con dos medallas de platas, una de bronce
y un cuarto puesto, precisamente en su debut, en Pruszkow hace diez años.
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Foto RFEC |
Pero el murciano también fue clave durante su trayectoria en una cuarteta que
quedó una vez cuarta, en Minsk 2013, cuatro veces quinta y que obtuvo ese,
ahora imposible, record de España en los Juegos Olímpicos de Londres.
“Nunca he podido preparar la puntuación
específicamente, como ahora pueden hacer Mora o Torres en sus pruebas. Nuestra
preparación iba enfocada a la persecución por equipos, que es la que nos
repercutía en lo económico –en alusión a las becas ADO-. Esa es mi pena”. Y
cuando se le pregunta cuál de sus tres medallas pudo haber sido un oro, que
hubiera cambiado su vida, reconoce que “el de Minsk, en 2013, cuando me ganó Yates, ya que me quitaron tres
puntos en un sprint y con ellos hubiera ganado. De todas formas, tuve mala
suerte porque quitaron la persecución del programa olímpico justo cuando
comencé a correr”.
En este
sentido, considera que “la medalla de
Mora es muy importante, y todo lo que está haciendo le va a venir muy bien para
sus objetivos. Pero el nivel no es el mismo ahora, al no ser olímpica”, a
la vez que se lamenta del nulo trabajo
que se está haciendo en España con la cuarteta. Pero ese no es el tema de
nuestra conversación, aunque se podría hablar largo y tendido.
Teruel
estaba en Galapagar para debutar en
competición con Oscar Gilabert, curiosamente con el maillot de la selección valenciana. “Esa es mi prioridad y
aunque estamos comenzando, pienso que podemos
tener la oportunidad de estar en los Juegos Paralímpicos de Tokio”.
La
historia se inició “cuando estaba haciendo el Nivel III en Madrid. Begoña (Luis),
la responsable del Equipo Cofidis Promesas, me contó que había un chaval en
Elche, que está a media hora de mi casa, y que necesitaba un piloto. Me
convenció y aquí estamos”. De 32 años, antiguo lanzador de jabalina, dejó su
deporte por no poder ir a los Juegos, a pesar de tener la mínima, y ahora busca
una nueva oportunidad en este deporte. La
experiencia de Galapagar demostró que aún les falta mucho por hacer, aunque
curiosamente es más fácil que puedan lograr un mayor nivel competitivo ahora en
carretera que en pista, donde la coordinación de esfuerzos es más decisiva.
Y es que
en carretera también Teruel ha conseguido éxitos notables como
contrarrelojista, destacando dos oros y una plata en esta especialidad como
élite. Y es precisamente el Campeonato
de España de esta disciplina una prueba que le motiva especialmente “porque es
en casa, en Murcia, y lo voy a preparar con muchas ganas”. Esta temporada
seguirá compitiendo en el GSport de carretera… y asegura que no va a abandonar la pista. “Seguiré
corriendo los Campeonatos de España, pero no creo que sirva para nada”.
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