Países Bajos y Australia, los absolutos dominadores de los Mundiales

El éxito 'oranje' se forjó en la velocidad. Foto: UCI Track
Con seis títulos cada uno Países Bajos y Australia han sido los absolutos dominadores de los Mundiales de pista, celebrados en Pruszkow (Polonia), del 27 de febrero al 3 de marzo. Gracias a las 4 de plata y a 1 de bronce adicional, los europeos alcanzaban los 11 metales, y superaban en el medallero a los oceánicos, que se quedaban en 3 y 1, con lo que totalizaban 10 medallas.

El éxito de los ‘oranje’ se cimentó en la velocidad, donde aparte del título por equipos, se lograron los de la individual, y con doblete –con Harrie Lavreysen por delante de Jeffrey Hoogland- y keirin, con Mathijs Buchli, sin olvidar el bronce de Theo Bos en el kilómetro, aparte de la portentosa actuación de Kirsten Wild, que sin ser la intocable de hace un año, saldó sus participaciones con medallas: oro en la madison, con Amy Pieters, y el ómnium, plata en el scratch y bronce en la puntuación. Por si fuera poco, los dos fondistas inscritos también brillaron: oro de Jan Willem van Schip en una puntuación en la que fue inalcanzable y plata de Roy Eefting en el scratch.

Celebrando el oro y el récord del mundo. Foto: UCI Track
Por su parte Australia brilló sobre manera en las persecuciones por equipos, con los dos títulos, y ese sensacional record del mundo (3:48.012) de Kellend O’Brien, Leigh Howard, Alexander Porter y Sam Welsford quien, apenas media hora después sumaba el triunfo en el scratch tras un portentoso sprint, aunque se esperaba bastante más de ellos en la madison.  En cuanto a las mujeres, buena parte de su equipo lograba medallas en pruebas individuales: Ashlee Ankudinoff reinaba en la persecución, Alexandra Manly en la puntuación y Georgia Baker y Amy Cure se llevaban la plata en la madison. El último oro de las ‘aussie’ fue el logrado en la velocidad por equipos por Stephanie Morton y Kaarle McCulloch, que cosechaban sendas platas en velocidad y keirin. La decepción, en cambio, fue Mathew Glaetzer, que no pudo pisar el podio en las dos pruebas individuales que se marcó como objetivo, tras renunciar a la velocidad por equipos.

Dos oros para Wai Sze, la nueva reina. Foto UCI Track
Las otras ocho medallas estuvieron muy repartidas, y sólo Corea repitió, gracias a Sarah Lee Wai Sze, doble vencedora en velocidad y keirin, y que se consolida como la sucesora de la ‘kaiserin’ Kristina Vogel. La rusa Daria Schmeleva se llevaba tres preseas, oro en 500, plata en velocidad por equipos y bronce en keirin… y una tempranera descalificación en la velocidad.

Hablar del éxito australiano supone referirse a la decepción de una Gran Bretaña que sólo logró cuatro medallas, de las cuales solo un oro, el de Ellinor Barker el primer día en el scratch. Y aunque las platas de sus dos cuartetas no son precisamente un mal resultado, en su caso sí que supone tener que plantearse algunas cosas de cara a Tokio 2020. También da que pensar que no se hayan llevado ni un solo metal en las pruebas cortas masculinas.

Alemania, con los impresionantes Roger Kluge y Theo Reinhardt, en una madison para la historia, ocupaba la cuarta posición en el medallero, donde se destaca los buenos resultados de sus persecucionistas –platas- Domenic Weinstein y Lisa Brennauer, aunque en este aspecto el rey fue el italiano Filippo Ganna, que se quedó a dos centésimas del record del mundo, en un podio donde hubo otro pistard transalpino.

Terminamos esta relación de laureados con Francia, con doblete, en el kilómetro, oro y bronce de Quentin Lafargue y Michael D’Almeida, y plata en la velocidad por equipos, así como el bronce del siempre combativo Benjamin Thomas en el ómnium, y con Nueva Zelanda, con título en esta prueba para Campbell Stewart y dos bronces, uno de ellos en la cuarteta femenina, tras la decepción de los equipos de persecución y velocidad masculinos.

Mora, con la única medalla española. Foto Fed. Española
En un medallero con 17 selecciones, España terminaba en el puesto 12 gracias a la plata de Sebastián Mora en una puntuación que ya no tiene el marchamo de antaño al haber perdido su condición olímpica, pero en la que el castellonense –debutante mundialista en esta disciplina- hizo una interesante carrera, a pesar de la fortaleza de Van Schip.  Quinto puesto para la madison –un gran resultado a tenor de lo que se vio ayer- y sexto de Torres en el ómnium –que nos dejó a todos un poco cabizbajos tras el excelente comienzo del menorquín- suponen una cierta tranquilidad en el objetivo último que es Tokio.

Lo demás, muy por debajo, aunque hay que mencionar la octava plaza de Tania Calvo en la velocidad: por mucho que tuviera a su favor la eliminación de Shmeleva, el reglamento es el que manda y hay que estar ahí. La pareja de velocidad se quedó muy cerca del corte, pero sin una marca que permita esperar tiempos mejores en el segundo año de clasificación olímpica.

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