Aunque
por razones de urgencia el análisis de ayer se centraba exclusivamente en el nuevo calendario veraniego, la
reforma sobre el ciclismo en pista anunciada por la UCI tiene un par de aspectos más cuyas consecuencias
tampoco parecen las mejores para nuestro deporte.
La
primera de ellas es la prohibición de
participar a los equipos UCI en la nueva Copa de las Naciones, la sucesora
de la Copa del Mundo, para entendernos. Durante años, una de las prioridades
del máximo organismo ciclista internacional ha sido la promoción de equipos comerciales, junto a las selecciones
nacionales, para incrementar la participación –algo en lo que ha cosechado un
notable éxito-, así como el de marcas, donde no se han logrado tanto los
objetivos. En los últimos años, hemos
tenido formaciones como BEAT y, sobre todo, Huub Wattbike, que han marcado un
hito, sobre todo la cuarteta británica de persecución batiendo incluso a su
propia selección. Y como se tuiteaba, con más sarcasmo que ironía, parece que esto no ha sentado muy bien.
El
segundo punto es la creación de un nuevo
circuito, en las fechas libres que deja la antigua temporada de pista, es
decir, entre noviembre y febrero, al que el
propio presidente de la UCI califica como “dinámico
y atractivo, pensado tanto para
la televisión como para los espectadores”, incidiendo en que será “sencillo
de comprender y de seguir, sobre todo para el nuevo público”. La
participación será a título individual, pero con los colores de su nación, es
decir, con lo que se da el tiro de gracia a los equipos comerciales.
Como
me comentaba Itmar Esteban, “mientras lo
leía, creía que hablaban de los Seis
Días”, un tipo de competición muy atractivo –en cualquier país en el
que la pista lo sea, claro- y que no inventa nada nuevo, solamente sigue una
tradición.
Debe
ser algo diferente, aunque nada ha trascendido sobre este maravilloso nuevo
circuito, pero a uno se le abren las carnes pensando en qué se entenderá en la UCI otro tipo de competiciones más comprensibles
para el nuevo público. ¿Irán los tiros pensando en pruebas mixtas, en la línea de las contrarrelojes por relevos
siguiendo directrices del COI? ¿Será terminar con las ‘ininteligibles’ puntuación o madison aunque sean el alma del
ciclismo en pista? ¿O con la velocidad y sus eternas series? ¿Llegaremos a homologar el ‘katacrach’,
una competición en la que la mitad de los corredores rodarán en un sentido y el
resto en el otro, a toda caña, intentando
evitarse hasta que quede solo uno en pie? El espectáculo está garantizado
para todo tipo de público, sobre todo aquellos que no tengan ni idea. O simple y llanamente, ¿quiere la UCI meterse en el 'negocio' de los Seis Días?
No
puedo terminar este análisis sin recordar
lo que decía el ahora seleccionador nacional, Raúl Mena, entonces técnico del equipo Euskadi, cuando en 2015 se
sugirieron las pruebas mixtas a instancias del COI: “El problema es que pensemos en reinventar las pruebas de
pista, cuando mi opinión es que es un grandísimo error, ya tenemos nada
menos que 19 pruebas -20 ahora tras la inclusión de la madison femenina-, que ya es una barbaridad, como para poder
pensar en inventar más”.
hmm
ResponderEliminarEl segundo punto es la creación de un nuevo circuito, en las fechas libres que deja la antigua temporada de pista, es decir, entre noviembre y febrero, al que el propio presidente de la UCI califica como “dinámico y atractivo, pensado tanto para la televisión como para los espectadores”, incidiendo en que será “sencillo de comprender y de seguir, sobre todo para el nuevo público
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