Algo de luz en el calendario de carretera, que falta hace en la pista


Aunque el anuncio de las nuevas fechas del Tour de Francia del 29 de agosto al 20 de septiembre no sea más que una intención, que se verá confirmada o no con el paso del tiempo por la evolución de la pandemia, hay una serie de detalles muy positivos en ello. Y uno negativo. Lo bueno es que ya se puede hacer una mínima planificación, tanto para los equipos y corredores como para otros organizadores, a la hora de (intentar) colocar sus pruebas; lo malo, que, si la evolución no es la deseada, la temporada estará ya definitivamente echada a perder.

Hay una serie de consecuencias más o menos obvias de esta decisión. Por ejemplo, que la UCI no ha dado su brazo a torcer y que sigue manteniendo los Mundiales en las mismas fechas, y con el mismo programa, lo que significa que la prueba contrarreloj pro será el mismo día de la coronación de París, algo que se resolvería fácilmente intercambiando los días de esta prueba y la ‘charlotada’ de la crono por equipos mixta. Ojo también al Europeo de carretera que se disputará también coincidiendo con el Tour, del 9 al 13 de septiembre. Y como viene siendo tradicional, los Nacionales de carretera una semana antes de la ‘grande bouclé’, es decir, el fin de semana del 23 de agosto… por lo que quedan completamente descartadas esas fechas -si no lo estaban- para los Campeonatos de España de pista.

El Giro y la Vuelta se disputarán, en este orden, después de los Mundiales -aunque pueda plantearse una coincidencia parcial o total que no creo que beneficie a nadie-, por lo que la ‘corsa rosa’ ocuparía el mes de octubre y la carrera española se disputaría, salvo los primeros días, íntegramente en noviembre A partir de ese esquema, el resto de competiciones, a acoplarse como buenamente puedan, con prioridad para los monumentos.

Insisto, todo dependerá de cómo se comporte el coronavirus, aunque no está mal que se vea un poco de luz al final del túnel, algo que aún no sucede en la pista, aunque la situación sea bastante más tranquila por no estar en ‘temporada alta’ pese a que esa ausencia de competiciones preocupa a Federaciones como la francesa o la británica que ver un calendario terriblemente vacío en el que ahora es año preolímpico.

No estaría de más que la UCI -y de forma conjunta la UEC, que es quien tiene calendadas las dos pruebas más importantes de los próximos meses- hiciera un planteamiento similar y lo comunicase públicamente. Pensar en que el Europeo junior y sub23 pueda ser a principios de junio, parece imposible, a pesar del optimismo de los organizadores de la Federación Portuguesa. El Mundial junior en agosto es algo más viable, tanto por fechas como por escenario (El Cairo). Y en cuanto al Europeo élite, programado del 14 al 18 de octubre, quizá debería pensar en retrasarme ya que entra en plena coincidencia con el Giro de Italia.... incluso la Vuelta, si llegan  a coincidir..

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