Dudas ciclistas por resolver respecto al 'Plan para la transición hacia una nueva normalidad' para no improvisar una vez más

Cómo sigue sucediendo en este país, pensar en deporte es pensar en fútbol y, como mucho, en alguno de los que tienen la misma estructura de ligas (baloncesto, balonmano…). El resto de deportes tienen que funcionar por analogía -lo que puede originar situaciones muy curiosas-… o improvisar, con el riesgo que conlleva.

Pool Moncloa / Borja Puig de la Bellacasa
Por ejemplo, las ‘líneas maestras’ de la ‘desescalada’ anunciadas ayer por el presidente Sánchez en base al ‘Plan para la transición hacia una nueva normalidad’ son perfectamente adaptables al fútbol y de hecho los periódicos deportivos -perdón, futboleros- desmenuzaban con bastante nivel de precisión cómo va a ser el camino hacia la nueva normalidad. Otra cosa es que acierten o no en los plazos, algo que dependerá de la evolución de la pandemia y de posibles ‘recaídas’.

Pero para el ciclismo nos surgen muchas dudas, principalmente por haberse realizado una división de deporte profesional y federado, por un lado, y de deporte no profesional, por otro. Y es que hay mucho ciclismo federado que dista de ser profesional -por ejemplo, el cicloturismo, no el amparado por el carné ciclista, que queda claramente fuera-, y hay mucho ciclismo cuya consideración como profesional no proviene de su faceta económica, sino de su nivel, de sus exigencias.

Unas dudas que lejos de aclararse, se mantienen tras leer el comunicado de la Federación Española de esta mañana, algo que tampoco debe sorprendernos vista su habitual línea informativa. No obstante, también sabemos que en breve se publicará una Orden Ministerial -o quizá varias- en la que se detallen estos aspectos. Esperemos que se orienten a los distintos tipos de práctica ciclista, no sólo el profesional de carretera, o, aún peor, que se siga el modelo futbolístico. Para no tener que improvisar.


Por ejemplo, tomando en cuenta el referido documento, para el deporte profesional y federado, se permitirían los entrenamientos individuales, siempre que se realice sin contacto, mientras que para el no profesional se autorizaría la actividad deportiva, individual sin contacto y con la protección adecuada… siempre que sea posible. Es decir, básicamente es lo mismo, poder montar en bicicleta, por lo que las diferencias se deben basar en índices cualitativos (tiempos, distancias…), con una duda que nos surge al determinarse la provincia como unidad territorial, y si para ese deporte profesional se podría ‘evitar’ este límite o tendrían que limitarse a su propio territorio administrativo, con lo que se podrían producir situaciones muy curiosas.

También sería necesario determinar a quienes se va a considerar profesionales o asimilados, no sólo en carretera -¿élites y sub23?-, sino en disciplinas como el BTT donde cualquiera se autodenomina como tal, sin serlo realmente. Y no nos olvidemos de que las indicaciones de seguridad, basándose en la distancia social, es algo muy relativo y, en definitiva, dependerán de la conciencia de cada uno.

Los entrenamientos en velódromo tendrán que esperar...
¿y en los cerrados aún más?
¿Y del ciclismo en pista? Pues ni está ni se le espera en esta fase 0… y veremos cómo se afronta en la siguiente, la llamada fase 1, a partir del 11 de mayo. La referencia en este caso son los Centros de Alto Rendimiento, que quedarían abiertos siempre y cuando dispongan de las medidas de higiene y protección reforzadas.

Pero el ciclismo en pista -y otros deportes que no funcionan con el esquema del fútbol- se desarrollan en escenarios que plantean más dudas, ya que no se refieren de forma específica, y con solo un par de certezas: ningún contacto -con lo que se limitan mucho los entrenamientos en pista- y sin poder acceder a vestuarios o zonas comunes, ¿almacenes?. Podríamos llegar a la paradoja de que los velódromos al aire libre -con peores condiciones, normalmente- pudieran usarse de forma más o menos individualizada y no los cubiertos, aunque estuvieran completamente cerrados a personas distintas a los ciclistas. ¿Y los técnicos?

En fin, es hablar por hablar… pero cuanto antes se planifique menos se improvisará. Y si además se informa, mejor que mejor.

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