Una oportunidad perdida para España en un Mundial muy asequible

Cinco corredores -todos ellos fondistas- formaron la expedición que participó la semana pasada en el Mundial junior de El Cairo, que analizábamos ayer. Y casi todos ellos consiguieron terminar entre los ocho mejores en alguna de las pruebas en que tomaron parte, lo cual puede ser considerado como positivo, pero al mismo tiempo como una oportunidad perdida de haber podido subir al podio en alguna prueba, en un evento que, debido a las ausencias de algunas potencias como Gran Bretaña, Australia o Nueva Zelanda, era más asequible que nunca.

Terrasa y Bonillo. Foto: Egypt 2021 Junior Track
Comenzando por los hombres, se ratificó -si no lo estaba ya- que Iker Bonillo, Marcel Pallarés y Marc Terrasa componen uno de los más interesantes grupos de los últimos años que, aparte de sus innegables condiciones, quiere seguir apostando por la pista: ahora la pelota está en el tejado de la Federación -no del seleccionador-, e incluso del CSD, de poder crear de una vez por todas un plan a medio y largo plazo que permita no desperdiciar a estos talentos y sentar las bases de un futuro distinto. Soñar no cuesta dinero, pero los referentes de estos últimos años son tan poco halagüeños…

Volviendo al presente, como había sucedido en el Europeo, la madison española estuvo muy cerca del podio, aunque esta vez no tuvo opción de disputar las medallas, como sucedió en Apeldoorn, donde los integrantes del dúo fueron Bonillo y Terrasa. En esta ocasión Martínez Oliver alineó al valenciano y a Pallarés, aunque su idea era haber hecho competir al catalán junto al balear, aunque una caída de éste el día anterior en el ómnium obligó a recomponer la dupla. Los españoles estuvieron en disposición de terminar cuartos, pero al no puntuar en el último sprint y sí hacerlo Italia, terminarían quintos.

Escalera y Oliver. Foto: Egypt 2021 Junior Track

Bonillo mejoraba el puesto del Europeo en la persecución, sexto, aunque no su registro: los 3:24.307 eran ligeramente superiores a los 3:21.403 de Apeldoorn, o incluso a los 3:22.299 del Nacional de Galapagar. Igualmente ratificaba su punta de velocidad en el scratch, con idéntico puesto. Pallarés terminaba quinto en la puntuación -aunque costó mucho que se corrigiera una clasificación inicial en la que se le colocaba noveno al no habérsele contabilizado la segunda vuelta ganada-, mostrándose una vez más muy metido en carrera, mientras que Terrasa era décimo en la eliminación.

Pasando a las féminas, Isabella Maria Escalera volvió a evidenciar que es un diamante en bruto, con enormes cualidades, pero con mucho trabajo por delante. Y que incluso su adaptación también debe extenderse aún a la vida española. Corriendo con bastante desparpajo, y sin miedos, lograba algunos buenos resultados como el sexto en la eliminación. En el ómnium fue decimotercera, mientras que en el scratch su valentía al atacar no se tradujo en un buen puesto, decimoctava. Finalmente, en la persecución tampoco mejoró su registro del Europeo (2:30.734 a 2:27.825), aunque sí un puesto octava.

Moreno. Foto: Egypt 2021 Junior Track

En cuanto a Ainhoa Moreno, su rendimiento debe evaluarse de una forma distinta, ya que es una corredora de primer año y que este Mundial debe ser un aprendizaje de cara al del próximo año, que debe ser su gran objetivo. Aun así, hizo una notable puntuación, séptima, terminando décima junto a escalera en una madison marcada por una caída de las ciclistas españolas.

Persecución por equipos, ¿sí o no?

Dejo para el final una impresión personal vinculada al debate que hubo en redes sociales en los días anteriores al evento, en el que se volvía a referirse a la oportunidad perdida de no competir en persecución por equipos, lo que podría haberse solucionado fácilmente llevándose un corredor más.

Vaya por delante de que considero la persecución por equipos la prueba clave en la pista, la que demuestra el verdadero nivel de un país y la calidad del trabajo que se hace y que cada vez más se traslada al resto de pruebas de fondo. Por eso mismo, considero que debe realizarse una labor intensa, pero pensando a medio y largo plazo, con un proyecto como el que me refería en el segundo párrafo, y no una decisión puntual y oportunista en cada momento. ¿De que habría valido un buen puesto en El Cairo si luego no hay continuidad? Más vale comenzar por abajo, pensando en Los Ángeles, puesto que a París no llegamos ni en el más optimista de los sueños, a base de concentraciones, que ya habrá tiempo para competir en condiciones.

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