Ten, celebrando su oro. Twitter UCI Paracycling |
Y la tercera lectura es que con el oro de Ten -y el bronce
de Luis Javier Arcega- se ‘maquilla’ bastante el balance de España, ya que ‘sube’
hasta las cinco medallas desde las dos platas y la de bronce que es lo que figura
en el medallero oficial, y que supone un fuerte retroceso en la posición
española con respecto a eventos anteriores. De hecho, España no aparece
entre las diez mejores naciones, cuando el año pasado se lograron cinco
medallas, siete en 2022 o las diez logradas en 2020 (cuatro oros, una plata
y cinco bronces).
Y es que en ese fructífero 2020 ya se entreveía lo que se ha
consolidado en este 2024: junto a las grandes potencias paraciclistas como
Gran Bretaña y China, se vivía ya el ascenso de Australia o Francia. Pero
entonces España estaba en los puestos altos del medallero y ahora no lo está. Y
aunque alguno pueda escudarse en que el Mundial este año no es tan importante, porque
la preparación va encaminada hacia los Juegos Paralímpicos, lo que es
rigurosamente cierto, también se puede argumentar que eso es también válido
para el resto de naciones… que no han dejado pasar la oportunidad de
comenzar a brillar en el Mundial.
Centrándonos en lo visto en Rio, y de cara a París,
podemos sacar varias conclusiones:
Aún quedan dos pruebas de clasificación del ranking paralímpico,
y ambas de carretera -las Copas del Mundo de Ostende y Maniago, en mayo-, para
determinar la participación en París. Y aunque la UCI no publica en su web el
número de plazas según el ranking, lo cierto es que dada la posición que
actualmente ocupa España no tendrá ni de lejos la misma participación máxima
que tuvo en Tokio, de diez paraciclistas. Pensar en siete sería lo más
realista, ocho si somos optimistas y las cosas salen mejor en estos dos
eventos.
Una quinta plaza que debe servir de reflexión. Foto: Fed. Española |
Ten será uno de estos fijos, que puede brillar tanto en
la pista como en la carretera. Pero ya ha dicho que su objetivo será la
contrarreloj, una prueba que le exige una preparación diferente, aunque en
principio podría servirle también para luchar por las medallas en la
persecución, algo que no ha sido posible en Rio. Eso sí, su posición como
arrancador del equipo de velocidad conlleva otro tipo de esfuerzo, por lo que
pueden surgir dudas acerca de su efectividad en el trío, donde hoy por hoy es indispensable.
En Rio, España quedó fuera de las medallas en una prueba
en la que tendrá que defender en París el bronce de Tokio, pero que se ha
visto superada por Australia y Francia, y lo que es peor, con un tiempo
discreto por encima de los 50 segundos. Es cierto que Alfonso Cabello tiene
mucho margen de mejora hasta septiembre, que Jaramillo es un ciclista de los
que siempre cumplen, pero esta esa duda de Ten, no por su clase, sino por
su preparación. Y por supuesto, australianos y franceses también irán a más.
Revalidar el oro no sólo dependerá de su rendimiento, sino del factor. Foto: CPE |
No quedarían muchas más plazas para las clases B y C, corredores
que pueden hacer tanto carretera como pista, pero que pueden brillar bastante
más en el asfalto que en la madera. Por ejemplo, llevamos varios años sin
medallas de los tándems en los velódromos, aunque hayamos tenido medallistas
mundiales y paralímpicos. Y lógica y comprensiblemente esa debe ser su
prioridad. Y corredores como Eduardo Santas o Damián Ramos tienen
también más opciones en la ruta.
Queda tiempo más que de sobra para resolver este
complicado puzzle y el seleccionador tiene bastante experiencia en estos temas.
Pero independientemente de las soluciones que se tomen, antes, y del
balance que se obtenga, después, lo cierto es que para el paraciclismo, al
menos en pista, la impresión es que está terminando un ciclo.
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