La celebración en un mismo escenario y fechas de los Campeonatos
del Mundo élite y sub23 y de paraciclismo el pasado mes de agosto trajo
consigo, como ‘daños colaterales’ una saturación total en la ‘pelousse’ del Chris Hoy. Ya se indicó en su momento que, para limitar al máximo la
estancia en dicho espacio, se establecieron pases de día, en forma de
pulseras, limitados por selección, prohibiéndose también la estancia a los
ciclistas que no compitan en esa jornada.
El trío de velocidad paraciclista británico, delante del podio en la sala específica para las ceremonias. British Cycling |
Este ‘exilio’ de las ceremonias protocolarias tuvo
otro efecto que, suponemos, se tomó de forma consciente: dar mayor rapidez a
las competiciones, sin tener en cuenta los parones. Para hacernos una idea,
junto a las 22 categorías del Mundial élite había 48 más de paraciclismo. Si,
como calcula la UCI, son ocho minutos por cada ceremonia, fueron más de nueve
horas de ‘ahorro’, en un programa excesivamente sobrecargado.
De cara al próximo Super Mundial 2027 ya se estaban
estudiando los dos factores: destinar un espacio especial en una instalación
de nueva construcción y hacer un programa más fluido, teniendo en cuenta que el
Alta Saboya se iban a incorporar también los juniors, es decir, otras 22 carreras
más. Sin embargo, el hecho de que el velódromo no se vaya a construir
supone que las competiciones irán a otro escenario, sin que a día de hoy se
sepa si se va a mantener el mismo esquema inicialmente pensado.
Este fue el sencillo podio del anterior Europeo en Cottbus Ahora será muy diferente. Foto: DS para Fed. Española |
¿Es una idea acertada? Pues como casi todo en esta
vida, no hay blancos y negros, sino grises. La competición no se detendrá y
esto es positivo, salvo que a veces viene muy bien una pausa para dar un
tiempo de descanso entre las dos mangas de unos enfrentamientos de velocidad. O
para que los equipos arbitrales actualicen su trabajo, ese que va
totalmente lanzado durante toda la jornada.
Para muchos espectadores, trasladarse de las gradas a un espacio especifico de ceremonias puede llegar a ser un elemento disuasorio, salvo que tengan especial interés por ser familiares o amigos de los galardonados. Por no hablar de los periodistas, que se perderán competiciones por acudir a un podio donde poder tomar una foto o hablar un momento con los medallistas, aunque en este caso podría ser una solución que el organizador proporcionase estas imágenes y declaraciones (por cierto, fue una práctica a la que algunos recurrieron en la pandemia). Finalmente hay que tener en cuenta lo que supone para los corredores tener que esperar más tiempo del habitual -en Cottbus habrá dos ceremonias conjuntas cada día con una más el sábado- tras sus triunfos cuando lo que están deseando es irse al hotel a descansar, a preparar la competición de la tarde o del día siguiente.
Y un último detalle: durante el Mundial de Glasgow no se emitieron imágenes en TV de dichas ceremonias, lo que supongo no le haría demasiada gracia a los patrocinadores, que también son parte importante de estos eventos.
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