Juan Peralta y Javi Zahonero: primer paso para sacar a la pista de la triste situación en que estaba; ya habrá tiempo de ver hacia dónde irá

Dicen que el primer paso que das no te lleva a ninguna parte, pero sí te saca de donde estás. Solamente por este motivo el nombramiento de Juan Peralta y Javier Zahonero el pasado sábado como responsables de la pista española tiene que verse con un cierto optimismo. Porque deben ser quienes saquen a la pista española de la época más triste que nunca haya vivido, con medios y corredores con ganas, pero sin planificación ni rumbo.

Luego cada uno de nosotros, en esa batalla habitual entre los miembros del Frente Popular de Judea y los del Frente Judaico Popular, puede tener ideas muy distintas sobre las personas que deben estar al frente y de lo que se debe hacer de forma más prioritaria. Pero en este caso, vamos a dejarlo en un segundo o incluso en un tercer plano.

Es el momento que la pista española se defina. Foto (antes de difuminar) Marc Bouwens

Zahonero es una persona que tiene un proyecto para la pista. Y solamente por eso podemos considerar su nombramiento como positivo, independientemente de que se puedan tener ideas mejores o simplemente diferentes. Porque hasta ahora no había ni proyecto, ni siquiera una persona encargada, por no decir responsable. Y que tiene muchas tareas por delante, y que no dependen sólo de él: hacer un plan de velódromos que conlleve un verdadero calendario nacional y una serie de competiciones internacionales en nuestro país, dar un proyecto de presente y de futuro profesional para quienes se quieran dedicar a la pista, de forma complementaria a la carretera, o incluso crear una estructura avalada por las Española que lo posibilite, como es el rad-Net Team alemán. Una tarea, por cierto, para un departamento de marketing que ha estado orientado a otros temas más vistosos y aparentes, pero menos vinculados a lo deportivo en los últimos años.

En cuanto a Peralta, supone, sobre todo, savia nueva, algo que es de agradecer, combinada con el conocimiento de la pista y la confianza de los pistards -sobre todo, de los velocistas- en muchos casos supliendo lo que la Española no podía ni quería hacer en estos últimos meses. Y, por supuesto, que pueda tirar de esos conocimientos para hacer crecer el depauperado grupo nacional de velocidad. Como siempre digo, no se trata de inventar, sino de ‘adaptar’ lo que en otros sitios funciona. Coincido con José Antonio Escuredo en que lo ideal sería separar la velocidad del fondo, porque tienen un ‘timing’ distinto en su preparación y en la competición. Y ese debe ser el siguiente paso que se ha de dar, aunque de momento lo vamos a dejar ahí.

Y todo ello con una estructura que se debe ir creando de la que desaparezcan advenedizos y oportunistas, y haya gente que quiera y pueda realmente aportar. Ya habrá tiempo de balances, ojalá positivos, aunque nadie se engañe, pueden ser también negativos. Pero por ahora toca remar en la misma dirección.

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