La ‘Naranja mecánica’ no dejó ningún oro para las demás selecciones

Otro oro más para su palmarés. Foto: KNWU

Terminaron los Campeonatos de Europa de Heusden-Zolder con un desenlace que no suele ser habitual: que todos los títulos en juego de la última jornada recayeran en una misma nación, Países Bajos. Y es que tanto las madison, con Lisa Van Belle-Maike van der Duin y Yanne Dorembos-Vicent Hoppezak, como los keirin, con Steffie van der Peet y Harrie Lavreysen llevaron el sello de la ‘Naranja mecánica’, que ha sido la gran dominadora de este evento, con 8 medallas de oro, 4 de plata y 4 de bronce. Para España, dos undécimos puestos, para Helena Casas en el keirin y para Álvaro Navas-Joan Roca, en la madison.

Posiblemente el triunfo más espectacular fue el del siempre avasallador Lavreysen, que salía de la última posición en la final, pero aprovechó para evolucionar hacia adelante en el momento en que se retiraba la derny, pero con tal potencia que nadie puso seguir su rueda, para entrar claramente destacado y con los brazos en alto. Más cerrado estuvo el sprint por el podio en el que el alemán Max Dornbach superaba al francés Tom Derache, en una final en la que no pudo entrar Mikhail Yakovlev, por una de sus habituales malas decisiones tácticas en la semifinal.

Doble presencia en el podio del keirin.

Pepe Moreno y Esteban Sánchez fueros cuartos en sus series, para no poder lograr la clasificación en las semifinales en las repescas, donde el castellano-manchego era segundo y el madrileño tercero, resultados insuficientes para seguir en liza.

El keirin femenino cambió su sistema habitual ya que sólo pasaba la primera en cada una de las cuatro series de primera ronda, pero luego lo hacían las dos mejores de cada repesca. De esta forma, Casas era sexta en su serie, pero no pasaba problemas para seguir en liza al ser segunda tras Friedrich en su repesca.

Las semifinales no fueron favorables ni para la alemana, última en su serie, perdiendo las opciones de poder conseguir su quinto título consecutivo, ni para la española, que no terminaba cuarta, por lo que ambas se veían relegadas a la final B. En ella, Friedrich se tomaba la revancha para obtener un insuficiente séptimo lugar, mientras Casas tampoco tuvo opciones para mejorar su quinto lugar, lo que significaba la undécima posición final.

Y en la final, Van der Peet se hacía con su segundo oro, corriendo muy bien por el interior, sin que ninguna de sus rivales pudiera superarla: segunda era Rhian Edmunds y tercera su compatriota Hetty van de Wouw.

Anguela y Rodríguez, en un relevo. Foto: Fed. Española

Pasando a las madison, las dos vueltas ganadas por las neerlandesas serían decisivas, sin que sus rivales directas, como Italia, Francia, Dinamarca, Irlanda o Gran Bretaña, ganasen solo una. Van Belle y Van der Duin no fueron tan productivas en los sprints como Italia o Francia, pero con ese doble bonus totalizaban 62, por 53 de Chara Consonni-Vittoria Guazzini y 42 de Victoire Berteau-Marion Borras, que en el último sprint adelantaban a las danesas Amalie Diderikisen-Ellen Klinge, con 41.

Para Eva Anguela y Laura Rodríguez, una carrera lejos de esas posiciones y en la que cedieron dos vueltas, para terminar en el puesto 12, sin que en el último sprint pudieran superar a sus rivales directas, las ciclistas checas.

Las dos parejas de madison con el técnico Stopler. Foto: KNWU

Por último, el dominio de los neerlandeses fue aún mayor en la prueba masculina, donde Dorenbos y Hoppezak ganaron hasta cuatro vueltas, una más que sus rivales directos, lo que sería decisivo en el marcador final. No obstante, lo que se notó en carrera fue el poderío de los ‘oranje’ que salieron a todos los ataques como a los contraataques. Con 119 puntos, superaban a los alemanes Roger Kluge-Tim Torn Teutenberg, con 105, y a los hermanos portugueses Ivo y Rui Oliveira, con 96, también en la línea combativa de la selección lusa en este Europeo.

Joan Roca y Álvaro Navas atacaron en el primer sprint y se llevaron tres puntos que marcarían su actuación, aunque al final, después de una gran pelea, cederían una vuelta y con ello terminarían undécimos, con -17. Pese a no haber corrido ni entrenado nunca juntos, salvaron los papeles evidenciando una vez más que es la falta de trabajo -o el trabajo mal hecho- el peor lastre para nuestros corredores, porque clase sí que tienen, aunque algunos se empeñen en lo contrario.

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