Sport Vlaanderen Heusden-Zolder Velodroom Limburg: un recinto diferente que acogerá grandes competiciones en los próximos años

Vista áerea del velódromo. Facebook Odiel Bistrot

Pocos días antes de la celebración del Campeonato de Europa, presentamos el Sport Vlaanderen Heusden-Zolder Velodroom Limburg, el sueño finalmente hecho realidad de Marc Wauters, el ex corredor, director deportivo y ahora ‘promotor’ de pista, en un recinto que ya tuvimos oportunidad de conocer en estos cinco días de competición, pero que será un escenario proferente en los próximos años: Campeonato del Mundo junior en agosto de 2026, Europeo junior y sub23 en julio de 2027 y nuevamente Europeo absoluto en febrero de 2028.

No pudo conseguirse la elección para el Mundial de 2030, coincidiendo con el bicentenario de Bélgica. Pero no olvidemos la perseverancia de Wauters quien dijo que quería jubilarse habiendo vivido un Mundial en ‘su’ velódromo: los próximos por adjudicar son los de 2028 y 2031, y al parecer ya han presentado la solicitud para la primera fecha. Hay que recordar que Bélgica no alberga un Mundial desde 2001, en el ya inexistente Palacio de los Deportes de Amberes.

Por ello, queríamos profundizar un poco más en este recinto del que comentan los belgas que lo primero que necesita es un nombre más corto, pues eso de Sport Vlaanderen Heusden-Zolder Velodroom Limburg es una denominación poco operativa, por no decir que complicada de pronunciar para los periodistas foráneos que no dominan la guturalidad flamenca.

Una imagen que muestra la geomería  'redonda' del velódromo

"El más rápido del mundo a nivel del mar”

Centrándonos en la pista en sí, a muchos les sorprendió que su diseño fuese más ‘redondo’ que otros escenarios construidos en los últimos tiempos. Según explicaba en Het Laatste Nieuws Walter von Lütcken, responsable de la empresa VeloTrack que lo construyó, tiene “el potencial de convertirse en el velódromo más rápido del mundo a nivel del mar”. Según explicaba, su diseño estaba basado en el Tissot Velodrome de Grenchen, que también construyó. “La superficie al entrar en la curva es más plana y al salir es más empinada. Esto te empuja hacia abajo como ciclista y te da un empujón en la espalda, por así decirlo, hacia la recta final”.

Eso sí, los récords mundiales tendrán que esperar: el hecho de que se hayan batido dos plusmarcas se debe a las nuevas distancias, no al estado de la pista, que deberá esperar algún año a que su madera termine de ‘madurar’.

Vista de la terraza de la cafetería. Facebook Odiel Bistrot

Pasando a las instalaciones en sí, aparte de los espacios deportivos, salas de reuniones o gimnasio, el Velodroom cuenta con una cafetería bautizada como Bistrot Odiel, que debe su nombre al primer ganador belga del Tour de Francia en 1912… y que durante el Europeo se reservó como espacio VIP, habilitándose una barra que se reveló claramente insuficiente para atender las demandas del público que se congregó, especialmente para los espectadores… que no tenían otras alternativas de restauración, ni siquiera poder acceder con comida de fuera, ya que los controles de acceso eran bastante exhaustivos. En este sentido, la tradicional disposición de voluntarios en los países centroeuropeos es un plus para cualquier organización. Por el contrario, también se echaban en falta las tiendas de souvenirs y merchandasing, algo que aparte del componente económico puede tener mucho significado en un país tan ciclista como Bélgica.

Pros y contras del aislamiento

Y es que el hecho de que no sea un velódromo urbano, sino que esté ubicado en ese complejo automovilístico y deportivo, tuvo su ventaja a la hora de poder ser construido más fácilmente y no causar molestias, pero presenta sus inconvenientes, como el referido de no poder salir a otro establecimiento. De la misma manera, obliga a tener que desplazarse en coche -o en bicicleta, que allí tampoco es nada extraño-, al no existir ninguna forma de transporte público. Eso sí, aparcar no es mayor problema, en el amplio parking del circuito, eso sí, de pago, aunque desde ese estacionamiento hasta la entrada, el control de acceso era bastante engorroso.

La prensa belga se hizo eco también de la escasez de alojamiento en los alrededores. Posiblemente se eche en falta un hotel en las inmediaciones, pero la ciudad más importante, Hasselt, está a quince minutos en coche, y entre ella y algunas pequeñas poblaciones ofrece suficiente alojamiento para participantes e incluso para el público, ya que el aforo del velódromo es de apenas 2.000 personas. Obviamente esta limitada capacidad es algo que no tiene fácil solución, aunque para la mayor parte de los eventos es más que suficiente. 

En todo caso, el reducido espacio juega a favor de la sostenibilidad, ya que con el sistema de paneles solares se pueden mantener las condiciones de temperatura y ventilación necesarias durante nueve meses al año.

Otro de los comentarios que se oyeron en estos días se referían a la posibilidad de celebrar algún evento tipo Seis Días, aunque en este caso pienso que es una posibilidad utópica, tanto porque no existe tradición como por el hecho antes referido del aislamiento de la sede, ya que son competiciones fundamentalmente urbanas, como se puede vivir en Gante, Rotterdam o Berlín. Quizá una manga de la UCI Track Champions League sería mucho más adecuada.

Y hablando de televisión, un último comentario que ya manifesté en Eurosport: la ubicación en el centro del viraje de las escaleras de acceso a la ‘pelousse’ obligaban a una ubicación un tanto extraña del podio y a un tiro de cámara excesivamente angulado en el plano general que no era nada afortunado, televisiva y estéticamente hablando y que esperemos que se afronte y se resuelva antes del próximo evento retransmitido.

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