La UCI ha publicado esta semana en sus redes sociales y en su website una pequeña entrevista con la prometedora velocista francesa Taky Marie-Divine Kouamé, que a sus 22 años ya ha sido campeona del mundo UCI de los 500 metros como junior (2019) y élite (2022). Ahora, en la nueva distancia de los 1.000 metros aspira a nuevos éxitos, y de hecho ya fue la primera recordwoman de la nueva distancia, con 1:08.399, desde el 3 de enero, fecha en que logró su plusmarca en los Campeonatos de Francia, hasta el 26 del mismo ves, cuando la belga Marith Vanhove se lo arrebataba.
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Camino del oro en Saint-Quentin. Foto: UCI Track |
En su aún corta carrera se queda con ese triunfo en el
Mundial de Saint-Quentin-en-Yvelines. “Fue una locura, en casa, con toda mi familia entre el público.
Era mi primer Campeonato del Mundo élite. Estaba allí sólo para ver el nivel y
probar algo nuevo. Pero gané. Yo estaba en el otro mundo. Pero al día
siguiente, fue como si no hubiera sucedido. Me sentía como una impostora. Cuando
veo el vídeo, no soy yo, es otra persona. Es como si nunca hubiera sido campeona
del mundo y quisiera perseguir otros títulos”.
Mejorar esa plusmarca del kilómetro y hacer algo
destacado en el próximo Mundial en Chile son sus objetivos, y considera “que
mi mayor competidora soy yo misma”. Eso, y la espinita de la velocidad por
equipos, donde Francia no logró clasificarse para los JJ.OO.
Por cierto, la distancia más larga supone un nuevo reto:
"Es una locura. Voy rápida, como los primeros 500 metros, pero luego se
pone realmente difícil. Hay mucho que mejorar, incluso en la posición.
Aprendí a montar en bicicleta de nuevo. Es nuevo, es un gran objetivo, ¡y
espero mejorar!"
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