Siete rarezas que sólo hacen los ciclistas de pista y que nos trae GCN

Con un tono más humorístico que en vídeos anteriores, GCN nos trae un nuevo programa que englobamos en nuestra sección divulgativa para iniciarse en los velódromos, ¿Quieres hacer pista?’, en el que Manon Lloyd, Alex Paton y Conor Duune nos muestran siete rarezas que sólo hacen los ciclistas de pista.

1. La primera puede ser la más curiosa, ya que no se ve en el ciclismo en carretera, agarrarse de la mano. Y es parte de la madison, donde el relevo entre los dos corredores de un mismo equipo se produce de esta forma, aunque no es obligatorio y puede ser simplemente un empujón en el costado, pero el agarrón permite impulsar mejor al compañero y es más efectivo.

2. Conocido popularmente como magnesio -no magnesia, ojo-, aunque su nombre es carbonato de magnesio, e incluso tiza en polvo o tiza líquida, es un elemento fundamental para mejorar la absorción del sudor y con ello el agarre, sin tener que recurrir a los guantes, que pueden ser menos aerodinámicos, aunque estos tienen una función protectora indiscutible que no debe ser obviada.

3. La comunicación es muy frecuente entre los corredores en pruebas como la persecución por equipos donde un ‘hold’ (aguanta) sirve para indicar que se mantenga el ritmo o ‘three’ (tres) o ‘two’ (dos) respecto a los corredores restantes en la cuarteta, con lo que ello significa.

4. Una bolsa o caja como la que muestra Manon es muy habitual para los corredores -salvo que se encargue de ello su equipo o selección-, con los platos y piñones que se van a utilizar dependiendo del esfuerzo requerido y las herramientas para cambiarlos.

5. Aunque se suele usar el término ‘box’ tampoco es infrecuente escuchar, como nos cuentan en el vídeo, ‘pen’, corral, en donde los corredores esperan y descansan entre competición y competición en un evento de pista que suele ser bastante largo. Una ‘mini casa’ donde los cuidadores se preocupan de atender las necesidades del corredor cuando no está en la pista.

6. Correas en los pedales. Aunque los pedales automáticos son la norma como en el ciclismo en carretera, la elevada potencia de los pistards, en especial de los velocistas, sobre el pedal supone un riesgo de que el pie se salga. Para ello, se sujeta con una correa.

7. A diferencia de una competición de carretera, donde los ciclistas calientan, compiten y finalizan, las de pista son muy diferentes. “Harán una sesión de unas tres horas. Saldrán del centro de la pista para entrar en ella, calentarán, harán sus esfuerzos y ‘soltarán’ durante una vuelta aproximadamente -cuenta Alex-. Luego, volverán al centro de la pista, se sentarán, descansarán, hablarán sobre la temperatura y la presión del aire, la aerodinámica y, presumiblemente, sobre el último vídeo de GCN que hayan visto. Luego tomarán un pequeño refrigerio, una bebida, quizás incluso un gel, y se relajarán unos 10 minutos, volverán a salir, calentarán y lo repetirán todo antes de volver al centro de la pista y descansar”, ironizando en la despedida: “Es fácil ser ciclista profesional de pista”.

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