Gros, paso a paso en su reconstrucción, con el objetivo de sus terceros Juegos Olímpicos, que no quiere “vivir de la misma manera”

En Nueva Zelanda. Instagram MG

La segunda jornada de los Campeonatos del Mundo de Santiago tiene a la velocidad femenina como una de las pruebas con mayores atractivos. No sólo por el presumible duelo entre la doble campeona mundial Emma Finucane y la campeiona olçímpica, Ellesse Andrews, sino por el protagonismo de otras velocistas que quieres ser algo más que secundarias.

Entre ellas me quedo con la francesa Mathilde Gros, que a sus 26 años ya sabe lo que es ser campeona del mundo -en 2022 en Saint-Quentin-en-Yvelines-, aunque su trayectoria está más marcada por lo que de negativo ha supuesto su presencia en las dos últimas ediciones olímpicas, donde salía con las máximas aspiraciones, pero todo se le torció.

Su experiencia en Tokio la calificó como “una bofetada enla cara” que le obligó a un replanteamiento, del que parecía que había salido con ese triunfo mundialista antes mencionado. Pero París fue aún peor, y no sólo para ella, sino para todo el equipo nacional de velocidad. "Una parte de mí ha muerto", fue su tajante valoración de aquella decepción.

En su caso concreto, tomó decisiones tajantes, tal y como contaba hace unos días en AFP y ‘L’Equipe’. En primer lugar, se fue un par demeses con su pareja, el también velocista Rayan Helal a Nueva Zelanda, invitada por Andrews. Para entrenar y sobre todo desconectar y relajarse. Si no estuviera tan lejos, me encantaría vivir allí. Sigue siendo una de las mejores experiencias de mi vida".

En el podio de Konya. Foto: UCITrack

Nueva sede, nuevo entrenador

A su regreso, decidió alejarse del núcleo de la velocidad que trabaja en París, para entrenar cerca de casa, en Hyères. La FFC, ahora con su excompañero Quentin Lafargue al frente, les ha dado libertad en su preparación. Para ello también ha elegido un nuevo entrenador ajeno a la estructura federativa, el británico Mehdi Kordi, ahora con INEOS, pero responsable del éxito neerlandés en el pasado ciclo. “Si quiero correr en el extranjero, me voy. Si quiero entrenar con las chicas, me quedo”, habla de su nueva libertad. “Quiero reencontrarme conmigo misma, escuchar más a mi cuerpo. Descubrir también nuevas técnicas de entrenamiento, pero también, moverme, viajar”,

En Chile no ha habido pruebas colectivas para ella, sólo correrá la velocidad y el keirin. Y aunque esta temporada fue capaz de ganar esta última en la única cita de la Copa de las Naciones, en Konya, “el objetivo será llegar lo más lejos posible en cada prueba, avanzar de ronda y ver adónde me lleva todo", en ese proceso de reconstrucción que le lleve a LA28, unos Juegos que “no quiero revivir de la misma manera”.

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