No diga bloque de salida, diga Salvador Meliá (su ingenioso inventor)

Padre del ex corredor y ex seleccionador con el que comparte también nombre, Salvador Meliá Beltrán no pasará a la historia por ninguna gesta deportiva, pero sí por ser el inventor de los bloques de salida, al menos como se conciben ahora.

Para los menos expertos en pista, diremos que son aquellos aparatos que se utilizan en las pruebas cronometradas con salida parada (persecución individual y por equipos y 500 metros/kilómetro) con el objeto de impedir que el ciclista salga antes de que se active el crono. Su mecanismo se basa en una pinza que sujeta la rueda trasera y que no la libera hasta que se activa el crono, dejando salir al ciclista y, en el caso de pruebas con dos participantes en acción, en el mismo momento. Dado que la bicicleta debe estar sujeta en posición vertical, el bloque debe estar provisto de patas regulables, así como de un mecanismo que permita desplazarlo y sacarlo fuera de la pista en un máximo de cinco segundos, para evitar accidentes tan dramáticos como el ocurrido a la chilena Aravena por el despiste de los operarios del bloque de salida. Pueden ir tanto con cable como ser inalámbricos.


La idea surgió con ocasión del Campeonato de Europa celebrado en Valencia en noviembre de 1995. “Allí llevaron una máquina bastante rudimentaria, que funcionaba con cuerda, como si fuese un reloj, pero que fallaba muchísimas veces. Paco Antequera, que siempre estaba de cachondeo conmigo, empezó a picarme”:

"No tens colllons a fer tú aixo!"

"Una como esa no, una mejor, le dije. Y entre bromas y veras, me comprometí a fabricarla”. 

Poco tiempo después, ese prototipo se probaba en una competición de promoción en Castellón. “La vio un periodista –el ya fallecido Salvador March- y escribió un artículo en Mediterráneo y ya comenzaron a interesarse en el tema, aunque fue cuando la vieron en las concentraciones de la selección española en Valencia y todos la conocieron. Aquí venían bastante otros equipos como Italia y fue precisamente en Italia donde se usó por primera vez en una competición. La cargamos en la furgoneta y hasta ahora”.

Es curioso porque aquel ingenio tenía como elemento clave un compresor… sacado de un frigorífico, lo que ocasionó más de un cachondeo en esos primeros años. “Fue solamente en ese primer modelo, pero sí es cierto que los he usado después para fabricar compresores para hinchar las ruedas, ya que son muy fiables y duraderos”, explica. “Además, solía regalar bastantes y los dejábamos por los velódromos del mundo entero y eso que nos ahorrábamos de sobrepeso cuando viajábamos”,

Actualmente hay 160 máquinas BSM –las siglas de Bicicletas Salvador Meliá- distribuidas por todo el mundo. El primero en confiar en estos bloques fue Alfred Patton, de VeloRessults, en el continente americano. Luego se unieron los austriacos de Alge Timing y los belgas de Timmetronnic, que son los tres distribuidores de las mismas. A sus 75 años, y pese a estar jubilado, Meliá sigue desbordando ideas y fabricando bloques de salida por encargo. “Desde que se formaliza el pedido hasta que lo sirvo suelo establecer un plazo de 45 días, por su surge algún contratiempo, aunque lo normal es que tarde un mes en construirlo”.

Y curiosamente, esta faceta no es sino una pequeña parte de un periplo profesional en el que ha tenido mucho de inventor –a Meliá muchas veces le llamaban McGyver por su ingenio-, que incluye la fabricación de cuadros de bicicletas –“hace pocos días vi en la tele unos cuadros que había hecho para pista, pero ahora como ‘fixies’ por las calles de Madrid”- y, por supuesto, los muchos años que pasó como mecánico de la selección española, en concreto desde 1996 hasta 2009, coincidiendo en muchos de ellos con su hijo como corredor, salvo en el Mundial junior de Moscú 2009 en el que Salva junior acudió ya como técnico auxiliar.

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