En
poco más de diez días, los mejores pistards del mundo acudirán a Pruszkow, una
localidad de la periferia de Varsovia, para disputar un Campeonato del Mundo de pista muy diferente al que allí se
dirimió hace justo diez años. En aquella ocasión el Pruszkow Arena, el
primer velódromo cubierto de Polonia, acababa de ser inaugurado y acogía un Campeonato en año post olímpico,
con todo lo que significa, mientras que en esta ocasión se trata de la
competición más importante en el primer año de clasificación olímpica, de
cara a Tokio 2020, con las espadas en todo lo salto.
Torres, en el kilómetro del primer omnium. Foto: Román Mendoza para RFEC |
De los nueve ‘oros’ y
dos ‘platas’ obtenidos el año anterior en Manchester, Gran Bretaña –sin Chris
Hoy ni Bradley Wiggins- pasaba a sólo dos títulos y cuatro subcampeonatos en un Mundial en el que
las ‘preseas’ estuvieron mucho más repartidas. Australia era la vencedora en el medallero con 10 metales (4 de oro, 4
de plata y 2 de bronce), por delante de Francia. Gregory Baugé, con el doblete velocidad-velocidad por equipos, era uno de
los más destacados junto al dúo danés Alex Rasmussen y Michael Morkov,
ganadores de la madison y parte integrante del equipo de persecución que se
llevaban los nórdicos. España no
conseguía ninguna medalla en tierras polacas.
Por
aquel entonces la madison femenina no
existía y la persecución femenina era todavía disputada por tres corredoras,
mientras que el ómnium apenas tenía dos
años de antigüedad y se disputaba sobre cinco pruebas en una jornada… y
curiosamente Albert Torres fue el representante español, octavo, en una
prueba que se llevaba Leigh Howard –que posiblemente vuelva a ser el
representante australiano diez años después-. Por la parte femenina, Gema Pascual
fue la ciclista española que tomó parte, con victoria de Josephine Tomac,
también ‘aussie’.
Una
de las jóvenes estrellas en Pruszków fue
el estadounidense Taylor Phinney, quien, con solo 18 años, ganó la persecución
individual… y quedaba segundo en el kilómetro, participando en dos pruebas
que hasta el momento se presumían incompatibles, pero que ahora ‘doblan’ muchos
fondistas.
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Taylor Phinney. Foto: UCI |
En aquel mundial también se destacó el malayo Azizulhasni Awang, que
con solo 21 años se quedaba a las puertas del oro en una emocionante final de
velocidad. Poco sabía el ‘Pocket Rocketman’
que tardaría hasta 2017 en ganar finalmente el maillot arco iris en keirin. El
ahora famoso velocista alemán Maximilian Levy, quien aún está en activo pero
que faltará en Polonia por su próxima paternidad, se llevaba el oro en la
disciplina de origen japonés.
Destacar igualmente la eclosión de un Eloy Teruel que llegaba con la difícil labor de
relevar a Joan Llaneras y el murciano compitió con desparpajo en una
puntuación que se llevaría con autoridad
el australiano Cameron Meyer, el primero de sus cinco entorchados en esta
disciplina, mientras que Teruel era cuarto, a un paso de ese podio que pisó tres veces, aunque nunca en lo más alto.
Pasando a las féminas, la británica Vicky Pendleton enganchaba su
tercer Mundial consecutivo en velocidad –también venía de ganar en los
Juegos Olímpicos- en plena rivalidad con Anna
Meares, quien se tomaba la revancha en la prueba por equipos junto a Kaarle
McCulloch, otra de las pocas supervivientes de aquel evento. Meares también
se quedaba con la miel en los labios en los 500 metros que se llevaba otra ilustre superviviente, la lituana
Simona Krupeckaité, con la china Shang Guo ganadora del keirin, por delante
de la actual seleccionadora francesa, Clara Sánchez.
Curiosa persecución por equipos, con Casas y Usabiaga junto a Pascual. Foto: Román Mendoza, para RFEC |
En el fondo, aparte del éxito británico
en la persecución por equipos, destacar los triunfos de Giorgia Bronzini
(puntos), Alison Shanks (persecución) y Yumari González (scratch).
Volviendo con los españoles, aparte de ese
cuarto puesto de Teruel, lo más destacable fue la quinta plaza en la persecución por equipos y la sexta de Sergi escobar
en la individual. De aquella selección, aparte de Torres solo repiten otro corredor -Juan Peralta- y dos
corredoras, también debrtante en aquella cita. Por un lado, Helena Casas,
que curiosamente no intervino ni en velocidad individual y por equipos ni en
keirin por no estar clasificadas, aunque sí en 500 metros… y formando parte
del por entonces trío de persecución, junto a Pascual y Ana Usabiaga, la otra ‘veterana’, que solo participó en esta disciplina. La catalana ya había estado en Palma 2007, mientras que la vasca se estrenó en aquella cita.
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