Lecturas del Mundial para Tokio (II): ¿Alarma británica y australiana?

A comienzos de esta temporada olímpica, Ed Clancy, el líder del equipo británico en fondo, declaraba que no eran los favoritos para Tokio, dejando esta condición para Australia, a la que no habían derrotado desde Río. Tenía razón el de Yorkshire… pero se quedaba corto, ya que los británicos aún están en su marca de 3:50, barrera que ya han superado no solo los aussies, sino Dinamarca, Italia, Nueva Zelanda, Suiza o Francia.

Walls, en el pasado Mundial. Foto: UCI Track
Tanto es así, que Cycling News analizaba la situación con Stephan Park, director de rendimiento de British Cycling, quien apuntaba incluso la posibilidad de cambiar el enfoque de cara a Tokio para dar prioridad a las pruebas de grupo, en este caso el ómnium y la madison, en lugar de la persecución por equipos, que siempre ha sido la prioridad. Una cuarteta cuya composición ha planteado dudas en los últimos tiempos y más por la ausencia de los hombres del HUUB Wattbike, en esa relación complicada que mantienen. “Tenemos que ver qué eventos tenemos y dónde tenemos mejores condiciones para invertir nuestros esfuerzos”.

Tampoco se puede decir que Gran Bretaña sea la referencia hoy en día en estas pruebas. Es cierto que Mathew Walls se iba de Berlín con el bronce colgado del cuello, pero con unas prestaciones muy lejanas a las mostradas por Benjamin Thomas. En cuanto a Ollie Wood y Ethan Hayter, la novena plaza en la madison evidencia el protagonismo que tuvieron en carrera.

En feminas, el problema es distinto. Foto: UCI Track
El cambio de enfoque antes referido no sería aplicable a la cuarteta femenina donde Gran Bretaña lograba la plata, a pesar del escaso protagonismo de Laura Kenny, que sólo intervino en primera ronda, junto a Katie Archibald, Neah Evans, Elinor Barler y Eleanor Dickinson.

Aquí, el problema reside precisamente en las pruebas de fondo, en la distribución de sus corredoras, en especial de sus dos ‘stars’. Kenny declaraba a principios de año que quería correr las tres pruebas olímpicas; Archibald, sin entrar al trapo, declaraba que quería como compañera en la madison a su paisana Evans… sin hacer ascos al ómnium. Y Barker, la tercera en discordia, no dice nada, pero habla con sus hechos: ha sido la titular en la americana, curiosamente con Evans, y la única que ha logrado un oro en Berlín, en la puntuación.

Un oro, dos platas y un bronce es el peor balance británico en unos Mundiales desde 1999 y a meses de los Juegos Olímpicos es un motivo de preocupación y más cuando en Río lograron un balance de seis oros y tres platas en diez pruebas. “Los días en que cualquier nación gane ese número de medallas probablemente hayan pasado. No creo que sea el resultado de la disminución del rendimiento de Gran Bretaña, sino que es el resultado del aumento de la competencia mundial", declaraba Park a Cycling News, para señalar que hay mayores esperanzas británicas en otras disciplinas ciclistas. Pero ese no es el tema.

“Preocuparse no va a ayudar”

De ganar en Brisbane a quedar fuera del podio en Berlín.
Foto: John Veage
Por su parte, The Guardian recogía ayer un interesante análisis sobre la selección australiana, donde se titulaba “preocupación, pero no alarma”, Y es que es la primera vez que la selección australiana regresa desde 2008 sin ninguna medalla de oro –una plata y dos bronces- y por primera vez, sin que una de sus cuartetas pisara el podio.

Para Simon Jones, director de rendimiento de Cycling Australia, la conclusión es evidente. “No podemos escondernos, no podemos seguir como siempre. Preocuparse no va a ayudar, pero es obvio que las cosas necesitan cambiar”.

“Aprendes más de una pérdida. Cuando ganas, no puedes ver dónde eres vulnerable. Hemos descubierto nuestras deficiencias, ahora sé en lo que necesito trabajar para los Juegos Olímpicos”, añadía acertadamente la velocista Stephanie Morton.

La cuarteta masculina es la más señalada, quizá injustamente, por lo que supone pasar de ser la indiscutible reina a quedar en el cuarto lugar del escalafón, aunque sus tiempos muy similares a los de hace un año. Lo que pasa es que ahora se ha visto superada por Nueva Zelanda e Italia, que batieron la antigua plusmarca ‘aussie’, y por supuesto por una Dinamarca que con sus 3:44.672 rompió todos los moldes. La ausencia por lesión de Kell O’Brien puede ser un justificante, lo mismo que el accidente cerebrovascular del técnico Tim Decker.

Pobre papel de Meyer y Welsford. Foto: Australia Cycling
Más preocupante son otros detalles como el comportamiento en el ómnium y en la madison donde el rendimiento de Cameron Meyer, sólo o acompañado de Sam Welsford, fue decepcionante. Y en féminas, donde la nueva distribución en algunas pruebas tampoco obtuvo los resultados esperados. Especialmente significativo es que la ganadora de la persecución individual en Pruszkow, Ashlee Ankudinoff, descienda hasta la decimocuarta plaza en Berlín, aunque no sea uno de los objetivos olímpicos.

Si Australia se destaca en Tokio, el Mundial será rápidamente olvidado, pero si los JJ.OO son una repetición, Australia tendrá mucho que hacer, se señala acertadamente en el artículo de The Guardian. No debemos olvidar que en Rio 2016 solo se lograron dos medallas –ninguna de ellas de oro- lo que supuso el reclutamiento de Jones desde el Team Sky. El Mundial de 2019, con seis oros, tres platas y un bronce, fue un indicativo esperanzador, de que se iba por el buen camino… todo lo contrario que en este 2020.

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