‘Terminan’ los Campeonatos de España; comienza su reubicación

Aproximadamente a las tres de la tarde de hoy domingo, 12 de abril, tendrían que haber terminado los Campeonatos de España de pista para todas las categorías, con una fórmula que, por primera vez, combinaba el aprovechamiento del parón competitivo en carretera de Semana Santa para que juniors y cadetes compitan en pista -una gran idea que siempre me ha parecido interesante-, con la inclusión de los élites, algo que me planteaba más dudas, ya que el Campeonato se extendía demasiados días, originando algunos problemas logísticos a las Federaciones Autonómicas e incluso colocando a los cadetes en días lectivos en algunas Comunidades, por el aberrante calendario escolar del Estado español.

Está claro que jamás sabremos cómo se habrían resuelto más o menos satisfactoriamente estos problemas; lo que sí sabemos es que el Nacional no se ha celebrado… y que debería disputarse antes de que termine el año. Un Campeonato que es necesario reubicar ahora no sólo como cita preparatoria -para seleccionar corredores, para testar tiempos…-, sino para mantener la motivación de los deportistas que se dedican a la pista. Que no son muchos, desgraciadamente, pero sí fieles.

Su colocación, sin embargo, está marcada por numerosas incógnitas. La más importante, la más grave, es la evolución de la pandemia sobre la cual, a día de hoy, no se puede asegurar ninguna fecha en cuanto a su remisión, siquiera a su ‘compatibilidad’ con una vida más o menos social. Lo estamos viendo constantemente sobre las cábalas que se están haciendo pruebas mucho más importantes como el Tour de Francia. Incluso, una vez que se ‘abra la mano’, está por ver en qué condiciones se puede competir, por ese distanciamiento social que es la premisa básica para luchar contra el Covid-19. Obviamente en un espacio cerrado como es un velódromo es más complicado de cumplir que en la carretera o el campo, pero, como ya dije hace un mes, antes de la suspensión del Nacional, un evento de pista a puerta cerrada puede ser poco viable por la importancia logística, incluso técnica, de los familiares..., aparte de las dudas que nos puede plantear tener entrando y saliendo durante cinco días a cerca de 500 personas -solo entre corredores, técnicos y personal de organización- de lugares con una ‘casuística muy distinta’.

El segundo aspecto a tener en cuenta es el calendario general. En los próximos meses, lo habitual es que no haya competiciones de pista, por lo que la reordenación necesaria afecta principalmente a disciplinas como la carretera o el BTT. Desde la Federación Española nos manifiestan que ahora mismo solamente se están recibiendo propuestas de los organizadores y se están colocando en el calendario, pero todo está pendiente de aprobación. Es decir, que cuando esté clara la situación se cuadrarán las propuestas, aunque quien golpee primero, golpeará dos veces, y en este sentido la Copa de España élite y sub23 ha sido lo suficientemente astuta para proponer sus fechas antes que nadie.

Ya nadie se le olvide que es el principal rival de la pista -de ahí lo idóneo de las fechas de Semana Santa-. Y si hay que reorganizar y comprimir el calendario, es evidente que van a quedar pocas fechas libres y que los equipos van a dejar poco margen para que sus ciclistas se salgan de sus compromisos de carretera para competir en pista. Claro que también nos recuerdan que la situación de los organizadores no es tan fácil como ‘recolocar’ sus pruebas, sino que dependen de instituciones que no van a poder destinar las mismas partidas al deporte que tenían prevista -porque van a tener que ir a otros fines sociales-, así como de empresas patrocinadoras, marcadas de una u otra forma por el parón de estas semanas de confinamiento. Hay organizadores que han firmado pliegos en unas condiciones y puede ocurrir que ahora no puedan afrontarlo, aunque también es de esperar que dado el saneamiento de las cuentas federativas del que hacían gala hace pocos meses en Ferraz, puedan rebajarse -¿por qué no suprimirse, con carácter excepcional, este año?- estas cuotas y tasas con el fin de salvar alguna competición, comenzando por los propios Campeonatos de España.


El tercer y último elemento que se debe tener en cuenta es sin duda los objetivos deportivos que se pretenden cubrir con un Nacional. En el caso de los cadetes, no existe una competición internacional de referencia para la que deban prepararse; sí en el de los juniors, que tienen programado su Europeo en Anadia, en la primera quincena de julio -fechas que no se pueden considerar ni mucho menos seguras en la actual coyuntura- y su Mundial en El Cairo, a mediados de agosto, algo bastante más fiable. Hacer un Campeonato de España después de estos eventos no tendrá ya ningún sentido deportivo de cara a seleccionar a los mejores, aunque es verdad que las Copas de España de este invierno han dado bastante información al seleccionador.

En cuanto a los élites, la referencia ahora pasaría a ser el Campeonato de Europa, a mediados de octubre. Un Europeo cuyo carácter inicial postolímpico hacía presumir que entrarían bastantes caras nuevas a nivel internacional, ya que las grandes estrellas bastante habrían tenido con Tokio, pero que ahora pasa a ser el único gran evento antes de la cita olímpica de 2021, por lo que será una auténtica guerra.

También debemos recordar que, en las categorías cadete y junior, los corredores son -o deberían ser- antes de nada, estudiantes y que los objetivos deportivos deben ser compatibles, si no subordinados, a los programas de estudios, a los calendarios escolares.  

Desde la Federación no se indica ninguna fecha como posible y que se están barajando diversas opciones, aunque desde TrackPiste hemos sabido que se apuntan las fechas de la segunda quincena de agosto, antes de que se inicie el calendario escolar 2020-21, manteniendo la sede de Tafalla. No obstante, esta opción no parece la más idónea, ya que del 14 al 20 de agosto son las fiestas patronales en esta ciudad navarra, por no hablar de que deportivamente no son las más adecuadas ni para juniors -coincidente o incluso después de su Mundial- ni para élites, demasiado alejadas del Europeo. No sería descabellado, por lo tanto, pensar en la división: cadetes y juniors por un lado, en verano, y élites, por otro, a finales de septiembre o principios de octubre, las fechas de los últimos años, por cierto.

Sea como fuere, volviendo a la primera premisa, la evolución de la pandemia, quizá resulte demasiado pronto aún para hacer cábalas. Pero que tampoco se deje pasar demasiado el tiempo y se tomen en consideración todos estos factores para elegir las mejores fechas y que no suceda como en otras ocasiones, que la pista quede subordinada a otros intereses.  

Fotos: Román Mendoza

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