'Surplace': cuando el espectáculo de la velocidad... es estar parados

No deja de ser paradójico que una disciplina que se llama velocidad, en la que se han llegado a superar los 79 kilómetros por hora de punta -cuando Nicholas Paul batió el record de los 200 metros dejándolo en 9.100- uno de los momentos más emocionantes y más esperados por el público es… cuando los corredores se detienen sobre sus máquinas, sin poner el pie en el suelo.

Tipica imagen de surplace. Foto: Wikipedia
Esta técnica se denomina ‘surplace’ y con este nombre francés es conocida en el mundo entero, si bien la progresiva anglificación del ciclismo nos permite escuchar cada vez más el término ‘track stand’. Y es algo que incluso se ha extendido al ciclismo de calle, ya que son muchos los ciclistas que lo usan cuando deben detenerse brevemente y prefieren no tener que pisar el suelo, como por ejemplo ante un semáforo o un stop (no vamos a hablar aquí de los que se lo saltan).

Pero volviendo a la pista, y en concreto a la disciplina de velocidad, la justificación de esta parada radica en el hecho de que, al menos según los cánones clásicos, el ciclista que conduce está en desventaja respecto al que va a su estela, que puede aprovechar el rebufo y remontar. De ahí el sorteo que se realiza para que un determinado corredor conduzca la manga… aunque hoy en día cada vez hay más velocistas tan potentes que incluso llevando la cabeza resultan muy difíciles de sobrepasar.

Por ello, quien conduce intenta ‘ceder la cabeza’ a su rival, y nada mejor que detenerse, obligando al oponente a pasar. La detención, es decir, el ‘surplace’, conlleva tener que torcer levemente la rueda delantera hacia el exterior, hacia el peralte, para mantener mejor el equilibrio, moviendo la bicicleta lo menos posible y, desde luego sin tener que recular o poner el pie en el suelo, lo que supondría perder la manga. Y por supuesto, con el pie -normalmente el derecho, que es el más potente- levemente elevado por si hay que reaccionar rápidamente y que la pedalada de arrancada sea lo más intensa posible.

Y es que una vez que los dos pistards están en ‘surplace’, entra en juego la sangre fría, el aguantar los nervios… y el intentar sorprender al contrincante cobrando una distancia que sea ya insalvable.

Sin embargo, se trata de una técnica que cada día se utiliza menos, vista la primacía cada vez mayor de la potencia en esta disciplina. Además, el reglamento UCI señala que solamente se puede usar un máximo de dos veces en una misma competición y que el tiempo máximo es de 30 segundos. Una vez transcurrido ese plazo, el starter debe indicar al ciclista que continúe, bajo amenaza de parar la manga y dásela por perdida. Esto sucede en el ciclismo ‘normal’, ya que en las pruebas tipo Seis Días, con una regulación mucho más relajada, no hay manga en la que no veamos un ‘surplace’, para delirio del público, incluso con shows como el de Max Levi este año en Berlín, cachondeándose del comisario cuando le decía que continuara tras el medio minuto de parada. Espectáculo, en definitiva.

Bianchetto y Pettenella, los recordmen. 
Pero esto no siempre ha sido así.

Y es que hasta
no hace mucho tiempo no había límite de tiempo en los surplace, y lo que ahora vivimos como un espectáculo podía llegar a ser un suplicio después de varios minutos de detención. Según he podido encontrar documentado, el record en cuanto a duración se produjo precisamente un día como ayer -27 de julio- de 1968 en las semifinales del Campeonato de Italia en Varese, cuando Giovanni ‘Vanni’ Pettenella y Sergio Bianchetto estuvieron parados una hora y tres minutos.

VareseNews recordaba muchos años después los detalles de aquel enfrentamiento entre los velocistas que habían sido los finalistas en los Juegos Olímpicos de Tokio, cuatro años antes, y que se conocían muy bien. Lo más curioso es que la RAI conectó en directo varias veces con el velódromo lombardo… sin que los protagonistas se movieran unos centímetros. Cuando llegaron a la hora habían entrado en la historia al superar el record de otro transalpino, Antonio Maspes, pero lo suyo no iba de plusmarcas en ese momento: se trataba simplemente de ganar la manga. Al final se mueve Bianchetto, pero no es para arrancar; es simplemente que no resiste más y se cae sobre el asfalto, dando el triunfo a su gran rival, aunque el título sería para él.

Para los amantes de las curiosidades, diremos que fuera de competición, pero con una bicicleta de pista, Francesco Del Zio permaneció en equilibrio un 20 de septiembre de 1975 durante 2 horas, 6 minutos y 15 segundos en el velódromo de Roma.

Claro que todo ello palidece ante la maestría mostrada por Clement Leroy, un conferenciante francés que acompaña sus charlas motivadoras con su pericia en el ‘surplace’, lo que le ha llevado a ser cinco veces campeón del mundo de equilibrio en bicicleta… y a permanecer 24 horas sin echar pie a tierra sobre su bicicleta, con ocasión del Tour de Francia de 2019, Aunque, en ningún caso, me lo imagino intentando ‘sorprender’ a Max Levi, sin ir más lejos.

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