‘Le Geste Parfait’: El lanzamiento de los 200 metros, por Tom Derache

Tom Derache, uno de los velocistas de la selección francesa ubicados en el Pôle de Saint Quentin-en-Yvelines -aunque no esté en lo que se podría llamar el equipo titular-, explica en este vídeo de ‘Le Geste Parfait’ como se debe realizar un lanzamiento de los 200 metros, la clasificatoria que determina los cruces en el torneo de velocidad.

Como bien explica en el vídeo, a partir de 1:08, “esta clasificación en superimportante porque va a definir el cuadro, por lo que, si se hace un buen tiempo, se va a estar en la parte alta”, lo que significa evitar a los rivales más importantes en los primeros enfrentamientos y cruzarse con los favoritos en las últimas rondas.

Derache explica la mecánica de los 200 desde el principio, con “el objetivo de subir a rodar por la balaustrada, sin gastar demasiada energía”, en una primera fase “en la que se está sentado siempre”. La segunda fase se caracteriza “por ponerse ‘en danseuse’ -es decir, de pie- para coger la máxima velocidad, antes de lanzarse y activar el cronometro. Es la fase donde se da todo y se va a bloque”.

En ese momento en "que se pasa de la balaustrada a la cuerda”, explica como referencia que cruza la línea de meta a dos metros de la balaustrada “que es la mejor trayectoria para aprovechar la pendiente”.

Tras mostrar la línea blanca que marca los 200 metros donde se activa el crono, indica que el objetivo desde ese momento “es llegar lo más rápidamente posible, alcanzando la velocidad máxima”, precisando que no hay que rodar ni muy abajo, “porque hay mucha compresión”, ni demasiado arriba de la cuerda, “porque se recorre más distancia”, con el fin de tener la trayectoria óptima entre las dos líneas que componen el pasillo de sprinters.

Una vez que se ha alcanzado esa máxima velocidad destaca que “hay que ponerse en una posición aerodinámica, de aplicar la máxima fuerza sobre los pedales y de mantener una trayectoria limpia, ya que se puede perder un tiempo enorme”. Derache insiste en que ese tiempo que se araña resultará fundamental en el torneo de velocidad.

También alude a la mezcla de sensaciones que supone “estar a ocho metros de altura en el viraje y lanzarse en un solo golpe a la cuerda, pasando de 30 kilómetros a la hora a 70 en muy poco tiempo, una sensación difícil de tener en otro deporte, incluso mecánico, y que nos marca a los que hacemos este deporte””

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