Reflexiones previas sobre los Campeonatos de España de Mallorca, sin demonizar a los ausentes ni minusvalorar tampoco a los presentes

Mostrando de entrada el agradecimiento a la organización por llevar a cabo este evento -Gran Premio Toni Cerdá, no se nos olvide- en unas fechas que distan mucho de ser las idóneas, sin demonizar a los ausentes y, sobre todo, sin minusvalorar a los presentes, lo primero que se nos ocurre sobre el Campeonato de España de ómnium y de madison que se disputará el próximo fin de semana en Palma de Mallorca es que, desgraciadamente, se corresponde plenamente con la realidad de la pista en nuestro país: El calendario de que la carretera es un enémigo infranqueable para la pista cuando coinciden. Y que ello debe llevar a buscar unas fechas que no supongan competencia -algo que no ha sido posible este año por la alerta sanitaria- o proteger los Nacionales, sobre todo en categorías inferiores. Pero este es otro tema.

Lobato, brillante ganador en 2020. Foto: RM
Que no estén Sebastián Mora y Albert Torres es comprensible y justificable. Incluso deseable si lo que se desea es ofrecer un Campeonato más abierto. Que tampoco se haya inscrito Eloy Teruel también se entiende ya que la carrera profesional del murciano va ahora mismo por otros derroteros

Lo que no se puede comprender –bueno sí, es perfectamente entendible en la situación actual, pero no augura nada positivo- es que falten algunos ciclistas que podrían aportar bastante a nuestro deporte, comenzando por un Juanjo Lobato que ganó brillantemente el Campeonato en 2020, continuando por Oscar Pelegrí, cuyo ‘sacrificio’ por la pista en años anteriores no ha sido ni recompensado ni siquiera reconocido, y terminando por algunos de los más prometedores pistards como los madrileños Raúl García y Javier Serrano, los murcianos Alberto Pérez y Chema García –vigentes subcampeones de madison-, el balear Joan Martí Bennassar o el valenciano Josué Gómez. 

Y es que la falta de un proyecto estatal de pista hace que la elección entre velódromo y carretera esté desgracaiadamente clara, y más a estas alturas de la temporada, por mucho que no haya ninguna duda sobre la afición que tienen estos corredores, que en otras circunstancias o fechas no renunciarían.

Afortunadamente, el Campeonato de España se presenta bastante interesante, y creo que podemos vivir un bonito duelo entre Erik Martorell –que como vimos en Hong Kong, sigue apuntando cosas muy interesantes- y Xavi Cañellas –al que echamos de menos en la Copa de las Naciones… aunque su ausencia fuese también justificada y comprensible-, con permiso del actual campeón sub23 Pau Llaneras, que el año pasado rindió a un gran nivel, o de un Xabier Mikel Azparren, una inesperada y grata presencia que es la excepción que confirma la regla de las ausencias en Mallorca. A ellos uniremos los siempre profesionales Illart Zuazubiskar y Noel Martín, y veremos a ver lo que pueden ofrecer corredores jóvenes como Telmo Semperena y los ‘debutantes’ Jaime Romero, Francesc Bennassar o Gerard Montoro.

Las madrileñas Anguela y Sanromán. Foto: RM
En cuanto a las féminas, la existencia de un calendario de competiciones de carretera cada vez más extenso puede suponer un peligro para la presencia de las corredoras en los velódromos si no se protegen este tipo de citas y se les da a las ciclistas unos alicientes para que compatibilicen ambas disciplinas. El caso más claro es el de Sandra Alonso, una corredora que debería ser una pieza clave en cualquier proyecto nacional, y que no estará el fin de semana en Mallorca por exigencias del guion. Pero hay algunos más atrevidos a los que les gustaría volver a ver en los óvalos a corredoras como Gloria Rodríguez y Sheyla Gutiérrez. Y como me decía recientemente una de las personas más significativas de nuestro deporte, ya es hora que Movistar no tenga sólo corredores, sino también corredoras en la pista. Sin duda serían muy bien recibidas.

Afortunadamente el resto de las habituales sí tomarán parte, comenzando por Tania Calvo y Eukene Larrarte, siguiendo por una Ana Usabiaga que también se merece un reconocimiento por lo que ha hecho en estos últimos cuatro años, aunque no haya podido obtener el gran objetivo de estar en Tokio, y cuyo estado actual es una incógnita, y terminando por las habituales como Ziortza Isasi, Marga Lopez o Iurani Blanco, con un especial interés por ver si las ‘ascendidas’ como Eva Anguela o Adriana Sanromán, son capaces de plantar cara en la batalla sub23 a las más expertas Naia Amondarain, María Banllés o Laura Rodríguez.

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