Dos vizcaínos, olímpicos y jueces árbitros: Xabier Bilbao y Carmelo Astigarraga recuerdan sus experiencias en Sydney 2000 y Atenas 2004

Después de haber tenido a dos españoles como presidentes de los Colegios Comisarios de los Juegos Olímpicos, como nos transmitía su experiencia Josep d. Bochaca hace unas semanas, Sydney 2000 y Atenas 2004 también tuvieron representación arbitral española, y con bastantes coincidencias. Dos colegiados vizcaínos, Xabier Bilbao y Carmelo Astigarraga, que ya habían estado en Barcelona'92 y ambos ejerciendo en las pruebas de pista la misma función, la de juez árbitro. Un cometido que entonces era una novedad, pero que ahora es fundamental en el desarrollo de las competiciones de pista, aunque a ambos les tocó estar en las entonces otras dos pruebas ciclistas del programa olímpico: carretera y BTT.

Xabier Bilbao (3.12.1954) nos indica que “hasta entonces existía la función del Comité de Apelación, a cargo de la propia UCI, que era quien tomaba las decisiones contra las reclamaciones. Estos fueron los primeros Juegos en los que se puso esta función”. Sobre los medios, el colegiado vasco nos dice que “eran los habituales de la época, los que podíamos ver en las retransmisiones de televisión”.

Sobre su labor, no recuerda ningún hecho específico, aunque de las competiciones de pista se queda con dos momentos. “Por un lado, la persecución por equipos, con esos 3:59 que marcó Alemania, por primera vez bajando de los cuatro minutos. Por otro, la puntuación de Joan Llaneras, que fue una carrera de libro, y maravillosa por la exhibición que dio”.

En cuanto a las pruebas de carretera, “estuve encargado del control de bicicletas y más que las dimensiones de las bicicletas, lo que había que controlar era la publicidad, teniendo que tapar la que no era conforme con cinta americana”, mientras que, en el BTT, “mi misión fue bastante sencilla, estar en un control de paso, como en el ciclocross”.

Veinte años después, recuerda Sydney 2000 como “una experiencia muy intensa, con muy poco tiempo de descanso, porque prácticamente todos los días tuvimos competiciones. Sólo tuvimos un par de días de asueto, que coincidieron con el triatlón y aproveché a verlas con Andreas Pettermann, un alemán que conocía del Mundial de Burdeos, que fue un grandísimo corredor, pero también director del Coast y que estaba muy puesto en triatlón y los conocía a todos”.

Tras los Juegos, Bilbao siguió arbitrando pruebas de pista hasta que la UCI estableció que los colegiados internacionales solamente podían optar por dos disciplinas. “Tenía un trabajo que me exigía bastante responsabilidad y para mí no era fácil estar muchos días fueras para viajar, por ejemplo, a una Copa del Mundo en América. Por ello opté por lo más fácil, por ciclocross y carretera, teniendo que renunciar a la pista, en la que estaba muy puesto”.

Sobre su selección para Atenas, Carmelo Astigarraga (22.3.1952) recuerda que “lo normal es que te digan las designaciones unos meses antes de que empiece la temporada, pero en el caso de los Juegos, nos lo dijeron mucho antes. De esta forma, estuve en los Campeonatos de Europa de carretera, que fueron en Atenas, en el verano de 2003, como prueba test para los Juegos”. Fueron los últimos Juegos con una designación integral para todas las disciplinas, y como Bilbao, su amplio currículo en pista y carretera contrastaba con su inexperiencia en BTT: “Hice lo que me dijeron”.

Centrándonos en su labor en pista, “los medios eran muy limitados y los operadores tampoco tenían mucha experiencia y muchas veces tenías una idea más clara de lo que habías visto directamente que de lo que se habría grabado y veías en la pantalla”. De las decisiones tomadas recuerda, la descalificación del británico en keirin, que la vi muy clara desde el primer momento”. Una década antes ya había descalificado a otro destacado corredor británico, Graeme Obree, por su poco convencional bicicleta y postura, en el Mundial de Sicilia.

Se refiere a Jamie Staff, en semifinales, lo que permitió clasificarse a José Antonio Escuredo para la final en la que conseguiría la medalla de plata. Unos medios que en cierta medida contrastaban con la magnitud del equipo arbitral. “había más de veinte personas designadas, con dos árbitros en cada curva. Pienso que no era necesaria tanta gente”. Pese a la decisión tomada, “fueron unos Juegos bastante tranquilos, sin interferencias”. Incluso Dave Brailsford –el responsable del equipo británico-, que normalmente era bastante puntilloso con las decisiones arbitrales, estuvo bastante comedido.

Fue en el velódromo donde tuvo uno de los recuerdos extradeportivos más importantes de los Juegos, “ya que estaba en el box de España y vinieron la Princesa y Urdangarín a saludarnos”. También tuvo ocasión de hablar con la ministra Maria Jesús San Segundo, pero más le marcó fue “ver habitualmente al príncipe Alberto de Mónaco en la Casa de España. Siempre que me pasaba por ahí, allí estaba”.

Tras Atenas, Astigarraga siguió arbitrando competiciones de pista –entre ellas el Mundial élite de Burdeos 2006 o el junior de Aguascalientes 2007-, “pero lo dejé porque eran muchos viajes largos. En la pista no tienes tiempo para nada, vives en un velódromo y estas todo el rato con una función u otra”.

Curiosamente, los dos colegiados estuvieron vinculados a la Federación Española en los primeros años de este siglo, aunque en este caso con cometidos muy distintos. Astigarraga fue presidente del Colegio de Árbitros y posteriormente, durante un breve periodo, de la Comisión Técnica, mientras que de Bilbao se aprovechó su condición de jurista para estar al frente de la Comisión Estatutaria.

Fotos

  1. Los dos colegiados ya tenían la experiencia previa de Barcelona 92
  2. Bilbao, en una medición de bicicletas en el Tour de Francia. Foto UCI
  3. Colegio arbitral en Atenas 2004. Foto personal Astigarraga
  4. Astigarraga, con la Ministra San Segundo y el director general de deportes. Foto personal Astigarraga
  5. Bilbao, en una reunión federativa. Foto: Román Mendoza

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