La medalla de oro conseguida por la cuarteta italiana en Tokio dio rienda suelta para que el alcalde de la localidad natal de uno de los protagonistas, Jonathan Milan, lanzase a los cuatro vientos la idea de construir un velódromo en dicha población. Estamos hablando de Buja, una localidad de poco más de 6.500 habitantes situada en la provincia de Udine, en el Noreste del país, muy cerca de la frontera eslovena.
Obviamente no es una tarea fácil. Aparte
del coste del mismo, que se cifra de 7 a 10 millones, y que no asusta a los
promotores locales, que parecen tener luz verde de la administración
regional, el mayor problema podría ser la existencia del velódromo de
Spresiano, a apenas 100 kilómetros de distancia, aunque se encuentre
paralizado por los incumplimientos del constructor.
“Seguiré paso a paso esta aventura que sería
un gran resultado para la comunidad de Buja, un gran reconocimiento para el
ciclismo friulano y una ayuda increíble para el ciclismo italiano y para
los jóvenes ciclistas”, comentaba el propio Milan.
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