La ‘inestabilidad’ del calendario no es sólo un problema de España

Aunque la conjunción de casi todos los Campeonatos UCI en unas mismas fechas y escenario puede tener muchas ventajas en términos de visibilidad, sobre todo en lo que se refiere a las disciplinas menos conocidas, lo cierto es que trastoca seriamente los calendarios de determinadas modalidades, en especial la carretera, pero también afecta a la pista.,

El Mundial de pista, de octubre a agosto en 2023
en este escenario en Glasgow

Un evento como el de Glasgow 2023 del que se dieron muy pocos detalles ayer que no se conocieran previamente salvo las fechas, del 3 al 13 de agosto, que son sin duda las mejores para este tipo de competiciones, pero que no son oportunas para ninguna de las distintas disciplinas principales: en esas fechas suelen tener calendarios muy saturados y que programan sus respectivos Campeonatos del Mundo en septiembre -BTT y carretera- y octubre -pista-.

En el caso de la carretera, pasará más o menos que en los años olímpicos: las ‘grandes’ no se verán afectadas, pero sí toda esa pléyade de carreras que tendrán que colocarse como se puedan. Eso sí, los Europeos, otro evento que ha tenido graves problemas de colocación y coincidencias en años anteriores -y no hablamos de los dos años Covid- pueden beneficiarse si se trasladan a septiembre.

Pero en el caso de la pista, todo será radicalmente distinto. Entre la mencionada pandemia y el radical cambio de modelo -deslazando la temporada de invierno a verano- que ha llevado la UCI a cabo, todavía todo está muy cogido con alfileres, aunque medidas como esta no contribuyen en nada a que haya una estabilidad que el calendario internacional necesita. Hemos escrito muchas veces sobre el poco interés con el que la Española se toma la protección de sus Campeonatos, cuando a un nivel superior pasa casi lo mismo, salvando las distancias. Con más tiempo para reaccionar, pero con continuos sobresaltos.

Y el Europeo del próximo año podría tener lugar en febrero, en Grenchen

Este año, por ejemplo, nos encontraremos con unos Europeos a mediados de agosto -estos Campeonatos de diversos deportes que ya vivimos hace cuatro años, precisamente en Glasgow- y unos Mundiales en octubre, la que será la fecha habitual. Y en 2023, la cita con el ‘arco iris’ se adelanta hasta agosto, como ya hemos visto, y el Europeo, a ¡febrero!, si tenemos en cuenta la entrevista realizada ayer en rad-net al nuevo técnico alemán, Jan van Eijden, al que se le ‘escapaba’ este detalle. Aún no es oficial, pero al que podemos dar plena verosimilitud, a falta de la oficialización.

Insisto que no me parece mal que se organicen estos eventos plurideportivos, pero el calendario anual debería tener una mayor estabilidad, porque el ‘efecto cascada’ es obvio: el Campeonato de España de pista élite 2023 debería tener lugar antes de mediados de junio para que los puntos de los corredores valiesen para el Mundial. Y no hablamos de lo que supone en la preparación de los pistards, con temporadas radicalmente distintas en cuanto a las fechas de sus objetivos.

Por cierto, y hablando de calendario, me parece triste que el mes de enero haya pasado sin apenas actividad en pista, después del subidón de adrenalina que nos supuso la Champions League. Un invierno que, bien es cierto, ha acusado nuevamente la pandemia en forma de suspensión de pruebas de Seis Días en Rotterdam, Bremen o Berlín, o de otras citas clásicas en Dinamarca, pero en el que se han echado en falta apuestas para aprovechar el tirón de la notable iniciativa de Eurosport.

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