Estrellas olímpicas (XXXIX): La bocina de Ermenault vuelve a sonar

Imagen fijada en su perfil de Twitter
al ganar el Europeo de 2016 a Filippo Ganna

Se definía a sí mismo hace unos días en La Nouvelle Republique como poco convencional, y su lema es “sé serio sin tomarte a ti mismo en serio”. Por ello, ha instalado una bocina en su bicicleta, que la utiliza para comunicarse con la gente cuando entrena por la Provenza. 

Este fin de semana en el velódromo de Sir Chris Hoy de Glasgow no la llevaba, pero podría haberla hecho sonar para avisar de que estaba allí, aunque sus medallas de oro en la persecución por equipos y en la individual son lo suficientemente llamativas para saber que Corentin Ermenault ha vuelto a la pista y está dispuesto a ser protagonista en París 2024.

Hijo del doble campeón del mundo y oro olímpico en Atlanta 1996 Philippe Ermenault cuenta que su padre le alentó a que practicara todos los deportes menos el ciclismo, hasta que no cumpliera 14 años. Pero superada esta edad, pronto se decidió por la bicicleta y como era de esperar, destacó tanto en carretera como en pista.

Exito inesperado, pero motivador en paraciclismo

En la ruta, en 2017 fichó por el equipo de Bradley Wiggins, el Team Wiggins-Le Col, porque le consideraba un gran talento, para pasar los dos años siguientes en el Vital-Concept, aunque a finales de 2019, con apenas 24 años, decidió dejar el profesionalismo, “poque me aburría. No fui feliz en estos años”.

Era en los velódromos en donde realmente se divertía y conseguía con diferencia los mejores resultados: cuatro veces campeón de Europa en persecución -dos veces en la individual y otras dos por equipos- y sobre todo, por hacer bajar el récord nacional en casi ocho segundos. En el Campeonato de Francia de 2019 superaba por un segundo el récord nacional, que databa de 1996, en poder de un ex compañero de su padre, Francis Moreau (4:15.616 por 4:16.274); en el Europeo de ese mismo año bajaba el listón cinco segundos (4:10.314) y unos meses después, en el Mundial de Berlín 2020, a 4:07.593.

Pero ese mismo año también sería bastante amargo en lo referido a los velódromos. La cuarteta de Francia no se clasificaba para los Juegos Olímpicos y Ermenault, decepcionado y desmotivado, decidía tomarse un año sabático, hasta que, en noviembre, la federación de deportes para discapacitados le llamó para ofrecerle hacer los Juegos Paralímpicos como piloto en tándem de Alexandre Lloveras. No fue fácil convencerle, pero accedió y en apenas siete meses llegaba en tal estado de forma que se proclamaban campeones paralímpicos de contrarreloj, tras haber sido cuarto en la persecución.

Ganadores del oro en persecución por equipos
en Glasgow. Foto: UCI Track

Ese fue el aliciente para volver. Dejando de lado nuevamente el profesionalismo, llamó a las puertas de la selección de pista, y Steven Henry se prestó a darle esa nueva oportunidad a pesar de que la nueva cuarteta francesa con Thomas Boudat, Thomas Denis, Valentin Tabellion y Benjamin Thomas había batido el récord nacional en el Mundial de Roubaix, con 3:47.16.

Y en Glasgow la ha tenido y la ha aprovechado. La experimental cuarteta francesa, nuevamente con él, y con el joven Eddy Le Huitouze, junto a Boudat y Thomas, se llevaba el oro, bajando de 3:50, mientras que en la individual, batía por dos veces el récord nacional, 4:06.250 en la clasificatoria matinal, y 4:05.564 en la final vespertina, la decimotercera marca de la historia y un registro que solamente han superado cuatro persecucionistas: Ashton Lambie, Filippo Ganna, Dan Bigham y Lev Gonev.

La bocina de Corentin Ermenault vuelve a sonar. Y con fuerza, avisando de que quiere ser el Ganna de la cuarteta gala en París 2024.

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