Torres, lejos de su mejor momento, tiró de casta en la puntuación, aunque no pudo pasar de la séptima plaza, el mejor resultado español

Uno de los intentos del español
La séptima plaza de Albert Torres en la puntuación ha sido el resultado más destacado de los ciclistas españoles en la segunda jornada de los Campeonatos de Europa que se celebran en Múnich, en un día en el que el equipo de velocidad quedaba octavo, y Tania Calvo, en el scratch, decimotercera.

Benjamin Thomas y Anita Yvonne Stenberg fueron los ganadores de estas pruebas, mientras que en las de equipos, no hubo sorpresas: las cuartetas masculina de Francia y femenina de Alemania, y los tríos de Países Bajos, de hombres, y Alemania, de mujeres.

La puntuación sirvió para comprobar que Torres está lejos de sus mejores momentos, aunque tiró de casta e hizo todo lo que pudo por intentar quedar lo más arriba posible, pese a que la situación de la carrera no le permitió subir más allá de esa séptima plaza. Y es que, en una carrera en la que la ganancia de vueltas estuvo a la orden del día -algo que ya esperábamos en un velódromo de 200-, el francés Thomas y el belga Robbe Ghys se fueron destacando. Y aunque llegaron al último sprint separados por sólo dos puntos, el galo no dio ninguna opción y con un ataque potentísimo adornaba su victoria con 135 puntos, frente a los 123 de su rival ambos con cuatro vueltas ganadas.

Thomas, con su segundo oro de la tarde
Torres: "Mas justo de lo que pensaba"

Una más logró el neerlandés Vicent Hoppezak, que hizo una carrera muy inteligente sobresaliendo en los momentos precisos para conseguir esos bonus que le llevaron al podio, con 113 puntos, pese a los intentos de Roger Kluge, con el que el público se volcó, terminando con 104 puntos. Por detrás, pero sin verdaderas opciones de medalla, el italiano Matteo Donegà (92) y el portugués Diogo Narciso (89), una grata revelación. Y fue a este grupo al que aspiraba como mucho un Torres que, como decíamos, lo intentó pero no pudo, terminando con 58 puntos, con dos vueltas ganadas.

“Honestamente, me he sentido más justo de lo que pensaba -decía Torres a la web de la Federación-. Regresar a la pista es positivo, pero me falta esa chispa que tenía años anteriores en los que había competido más en velódromo. La puntuación de hoy ha sido muy rápida y táctica, pero quienes han peleado la victoria tenían un punto más que yo. En la primera mitad de carrera he visto que no podía estar con ellos y me he tomado un respiro de 20 o 30 vueltas para intentar rehacer la mente y el cuerpo para aprovechar las oportunidades que surgieran en el final. El sabor que me deja la prueba es un poco amargo, pero estoy contento de volver”.

Stenberg, celebrando su triunfo
“Con el maillot de campeón del mundo, salí sin presión, y además pensando en que tenía que recuperarme de la persecución por equipos. La carrera comenzó muy rápido y pronto me di cuenta de que Ghys era el rival más fuerte y tenía que estar pendiente de él. Y no fue fácil porque me ganó varios sprints”, comentaba Thomas. “Ha sido un gran día, después de la victoria en la persecución por equipos, que era el gran objetivo”.

Stenberg: "Es una locura"

También se saldó con una exhibición de poderío el scratch femenino, en concreto de la noruega Anita Yvonne Stenberg, que le sirvió para remontar a la británica Jessica Roberts, que rodaba unos metros adelantada, con la polaca Nikola Wielowska como medalla de bronce. La carrera no tuvo mucho movimiento, a pesar de que la cuerda de 200 metros ‘anima’ a las aventuras incluso en solitario, y sólo en la parte final hubo movimientos, contrarrestados por la potencia de la ciclista afincada en Mallorca. La situación parecía que podía beneficiar a la española Tania Calvo, pero no fue así, para terminar en el puesto 13, sin entrar en el sprint.

Llegar, ver y vencer... y hasta el Mundial
“Es simplemente increíble. Es una locura, un sueño que tuve durante tantos años, y finalmente lo logré. La carrera fue complicada, porque llevó un ritmo muy alto, y se comenzó a pensar en el sprint. A falta de siete vueltas estaba muy por detrás, y pensé que tenía que mantener la calma porque estaban conduciendo muy rápido, pero pude llegar a la cabeza. Y luego, de repente, tuve la oportunidad de comenzar y mostrar lo que puedo hacer", decía la nueva campeona continental.

Para Alejandro Martínez, Pepe Moreno y Ekain Jiménez, la velocidad por equipos se saldaba con la octava plaza. Estaba claro de que superar a Gran Bretaña era misión imposible: lo que importaba era mantener el tiempo: y los 36.765 de hoy fueron superiores a los 36.256 y sobre todo a los 36.559 de Italia, que les hacía perder el séptimo lugar de la víspera.

Sin sorpresas en las pruebas por equipos

Como era de esperar, el trío neerlandés, con Roy Van den Berg, Harrie Lavreysen y Jeffrey Hoogland se llevaba la victoria, con un tiempo de 34.639, casi un segundo menor que el de Francia (Timmy Gillion, Sebastien Vigier, Rayan Helal y la contribución en series de Melvin Landerneau), con 35.516. Por cierto, los galos entraron en la final al hacer un tiempo dos milésimas inferior que el de Gran Bretaña (Jack Carlin, Hamish Turnbull  Alistair Fielding), que en la final por el bronce no perdonaba ante Polonia: 35.173 a 35.850.

Lafargue, conduciendo al equipo francés
Tampoco hubo sorpresa en la femenina, con Alemania (Pauline Grabosch, Emma Hinze y Lea-Sophie Friedrich) superando a Países Bajos (Shane Braspennicx, Kyra Lamberink, Hetty Van der Wouw y Steffie van der Peat): 38.061 a 38.304. Pero sí la hubo en la lucha por el bronce, con el triunfo polaco (Urszula Los, Marlena Karwacka y Nikola Sibiak) ante Francia, 39.164 a 39.341, tras haber sido quintas en la clasificatoria. Y sobre todo porque Gran Bretaña se quedaba fuera de la consolación por una caída.

Thomas fue uno de los integrantes de la cuarteta francesa que se llevaba el oro en la persecución masculina, con un notable registro de 3:50.507 en un velódromo como éste. Quizá la arrancada de Quentin Lafargue no funcionó tan bien como querían -hizo sólo el primer kilómetro… en el que Dinamarca fue por delante-, pero el tono general fue muy alto, con el de Cofidis rayando en lo extraordinario. Valentin Tabellion y Thomas Denis fueron los acompañantes por la tarde, con intervención también de Thomas Boudat, mientras que por parte danesa compitieron Tobias Aagaard Hansen, Carl-Frederik Bévort, Robin Skivild y Ramus Pedersen, que detuvieron su crono en 3:51.692. El oro del año pasado no había sido casualidad.

Podio de la persecución femenina
Gran Bretaña (Rhys Britton, Kiam Emadi, Charlie Tanfield, Oliver Wood) se llevaba el bronce al superar en la final B a una Alemania que entró por la mala actuación de Italia en la primera ronda y que les relegaría finalmente al octavo puesto, al no terminar.

Finalmente, Alemania también subía al podio con su cuarteta femenina (Lisa Brennauer, Franziska Brausse, Mieke Kröger y Lisa Klein), aunque Italia plantó cara hasta el final, con Rachele Barbieri, Martina Fidanza, Silvia Zanardi, Vittoria Guazzini y Letizia Paternoster: 4:10.872 a 4:11.571. Una presencia transalpina en la final con suspense ya que una primera clasificación colocaba a Francia por delante, aunque al final las galas fueron a la final B, y la ganaron doblando a las británicas. Victoire Berteau, Marion Borras, Clara Copponi y Valentine Fortin fueron las medallistas.

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