Mora, lejos del protagonismo esperado en un omnium-exhibición de Hayter, y con 'arco iris' para Kouamé, Brausse y Kopecky-Bossuyt

Podio del omnium. Foto: UCI Track

No tuvo ni mucho menos Sebastián Mora el protagonismo al que parecía llamado en un ómnium que se saldó con una exhibición del británico Ethan Hayter, que repetía el título de 2021, con el castellonense en decimocuarto lugar. No brillaron tampoco el resto de españoles en liza, en una cuarta jornada en la que lograron el arco iris la francesa Taky Marie Divine Kouame, en los 500, prolongando el éxito de las velocistas francesas, la alemana Franziska Brausse, culminando una racha de bronce, plata y oro en persecución, la dupla belga Lotte Kopecki-Shari Bossuyt, en lo que supone el segundo título en estos Mundiales para la primera de ellas.

La decimoquinta plaza en el scratch, donde tuvo que ‘remar’ para intentar cerrar una escapada y que le dejó sin fuelle de cara al sprint marcó el ómnium de Mora, en una primera prueba en la que Aaron Gate, Shunsuke Imamura y Kellend O’Brien ganaron vuelta. No obstante, fue el japonés el que se colocaba líder a mitad de ómnium, con su dominio en una tempo en la que dobló dos veces. Era así donde Hayter comenzaba a impresionar ganando hasta nueve sprints y terminando segundo de la prueba y tercero en la general, a seis puntos del líder y cuatro del neozelandés. A Mora le faltó ganar algún punto que le hubiera permitido pasar del puesto 13 a un top 10 como mínimo, por lo que la suerte de la prueba comenzaba a estar echada para él.

Mora, en un momento del omnium. Foto: Fed. Española

Una temprana eliminación, en la que el cara o cruz de ir por debajo le salió mal, significaba el definitivo adiós, en una prueba en la que se vio que Imamura comenzaba a flaquear, y que se saldó con un mano a mano entre Benjamin Thomas y Hayter. El británico pasaba a liderar con cuatro puntos sobre Gate, diez sobre el nipón y catorce sobre el francés y Elia Viviani, que parecían los que estaban predestinados a luchar por el podio.

Sin abrir mucho hueco, con más dominio en la madera que en la clasificación, Hayter no dio opción en la puntuación final, en la que Niklas Larsen, con dos vueltas ganadas se metió en la pelea por las medallas, donde Thomas seguía su escalada. Francés e inglés se lanzaron hacia un final en el que el galo, si ganaba podía llegar al bronce, desplazando al danés y con el ‘kiwi’ como plata. Pero el desenlace no eran los puntos del ultimo sprint, sino una vuelta ganada que beneficiaba a Thomas, que terminaba segundo tras Hayter (147 a 127), con Gate bajando hasta el bronce, con 118, y con Larsen quedándose fuera del podio.

Las belgas, celebrando su triunfo. Foto: Belgian Cycling
Bélgica vuelve a reinar en la madison

La madison femenina significó volver a ver una pareja belga en lo más alto, aunque en esta ocasión Lotte Kopecky estaba acompañada de la novel Shari Bossuyt, en lugar de la ya retirada Jolien D’Hoore. En una prueba con muchas alternativas, pero sin ataques para ganar vuelta, Francia fue marcando territorio en los sprints, con Clara Copponi y Valentine Fortin… hasta que sus vecinas del Norte se fueron a ganar vuelta en la parte final de la prueba, ya que tenían su casillero a cero y era la única opción que les quedaba.

Aun así, Francia aún llegaba con opciones a los dos últimos sprints. Pero en el primero de ellos Italia les dejaba en el tercero puesto… lo que significaría que en el último el segundo puesto de Francia fuese contrarrestado por el cuarto de las belgas (32 a 31), con las danesas Amalie Dideriksen y Julie Leth ’subiendo’ hasta el bronce al ganar los diez puntos de la llegada. Circunstancias que pueden suceder en este deporte, aunque lo malo es que a Copponi, entonces con Marion Borras, le había pasado lo mismo en el Europeo, en esa ocasión frente a Italia.

Para las españolas Tania Calvo y Laura Rodríguez, un abandono antes de mitad de prueba, ya que perdieron contacto un par de veces y ello se traduciría en no poder aguantar el ritmo y terminar dejando la prueba.

Alemania no copa, pero mantiene el oro

Brausse, bronce, plata y oro. Foto: UCI Track

Después de haber copado el podio de la persecución individual femenina el año pasado, Alemania pudo mantener el título, aunque Brausse terminaría acompañada por la neozelandesa Bryony Botha y la británica Josie Knight, quien dejaba a la campeona continental Mieke Kröger con la medalla de chocolate.

Todas ellas habían estado por debajo de 3:21 en la clasificatoria matinal, en la que Ziortza Isasi finalizaba en el puesto 20 (3:42.692), pero el orden no había sido el mismo. Kröger dominó también por la tarde, hasta que en el último kilómetro Knight tomaba la delantera, y de forma definitiva (3:21.459 a 3:22.002). Y en la final absoluta Brausse salió muy fuerte, pensando quizá en el récord del mundo, por lo que terminaría acusándolo. En los últimos 500 metros, la neozelandesa se ponía por delante, aunque un último ‘rush’ de la germana le daba ese oro, culminando la ascensión en los puestos del podio antes referida: 3:19.427 a 3:19,869.

Mejor marca personal para Martínez

Después del bronce de ayer, a Alejandro Martínez le quedaba la velocidad, con esa mezcla de motivación tras su gran kilómetro y cansancio. Y en un torneo de mucho nivel, tuvo que salir a tope para marcar un 9.847 que le supone su mejor marca personal, pero que equivalía solamente a un puesto 28, es decir, el último de los que clasificaba. Este hecho, y los 9.224 de Harrie Lavreysen dan una idea de lo que fue el 200 más rápido de la historia.

Kouamé, otro 'festival' para la velocidad francesa. Foto: UCI Track

El alicantino se despedía del Mundial al caer en dieciseisavos ante el australiano Thomas Cornish, quinto, y el torneo se desarrolló con normalidad: las rápidas eliminaciones de Sebastian Vigier, Jack Carlin o Steffan Botticher no fueron sino consecuencia de sus tiempos en 200 metros, ya que a las semifinales llegaban los cuatro mejores registros. Mañana en semifinales se verán las caras Lavreysen y Mateusz Rudyk, por un lado, y los ‘aussie’ Matthew Richardson y Matt Glaetzer, por otro.

Y terminamos con los 500 que supuso un nuevo éxito, quizá inesperado más por lo tempranero -apenas 20 años- que por la clase de Kouamé, que prolongaba el éxito femenino galo en la velocidad. Y es que la ciclista local mejoraba su registro matinal (32.835 por 33.159) lo que le valía para dejar nuevamente sin ‘arco iris’ a Emma Hinze, que no pudo mantener su nivel de la clasificatoria, aunque no le hubiera valido para ganar (32.968 a 33.051).

El bronce lo conseguía la japonesa Yufang Guo (33.214) a lo Alejandro Martínez, es decir, remontando de la séptima plaza hasta la tercera, en un torneo en el que la sorpresa fue que tanto Lea-Sophie Friedrich, novena, como Pauline Grabosch, décima, quedaban fuera de la final, y en el que Helena Casas (34.554) era vigésima.

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