Así es la Champions League (1): Dos pruebas para los velocistas y dos para los fondistas, con pequeños cambios para ganar en intensidad

El próximo sábado, 12 de noviembre, arranca en Mallorca la segunda edición de la UCI Track Champions League, la revolucionaria competición organizada por Discovery Sports Events y la UCI que cuenta con la participación de 72 de los mejores pistards del mundo. 36 hombres y 36 mujeres de 22 nacionalidades que a lo largo de cinco rondas competirán en los apartados de velocidad y fondo, con el objetivo de suceder en el palmarés al neerlandés Harrie Lavreysen y la alemana Emma Hinze entre los velocistas, y al estadounidense Gavin Hoover y la británica Katie Archibald entre los fondistas.

Tras la cita de Palma llegarán las de Berlín (19 de este mismo mes), Saint-Quentin-en-Yvelines, en la periferia de Partís (26) y la doble sesión de Londres (2 y 3 de diciembre), todas ellas con un mismo programa de competiciones: velocidad y keirin para los velocistas y scratch y eliminación para los fondistas. Sin embargo, las pruebas modifican ligeramente sus reglas con el fin de ganar en dinamismo e interés para el público, el gran objetivo de la Champions League. Cada una de las pruebas adjudicará puntos -20, 15, 15 y así sucesivamente hasta 1 punto para el decimoquinto corredor- obteniéndose una general en cada apartado con los resultados de las diez competiciones.

El torneo de velocidad no cambia en sus reglas, aunque sí en su desarrollo, ya que los 18 velocistas disputarán solo tres rondas. Y salvo la final, compuestas por tres corredores. De esta forma habrá una primera ronda con seis mangas de tres ciclistas cada una, de las que los ganadores pasarán a las semifinales, donde también se emparejarán también por tríos. Quienes se impongan en las mismas accederán a la final, sin que haya enfrentamiento por la tercera y cuarta plaza. Un sistema que posibilitó que los enfrentamientos estuvieran más abiertos tácticamente hablando, con más alternativas para romper los pronósticos.

En el keirin se reduce la distancia de seis a cinco vueltas, aunque ello apenas significa una ganancia de medio minuto escaso por carrera, y sólo las dos primeras detrás de la derny. En este caso, los corredores se agrupan en tres series de seis ciclistas cada una y los dos mejores acceden a la final. No hay ni repescas ni final B.

También hay que destacar que la disputa de los dos torneos en poco más de tres horas supone que la recuperación de esfuerzos es un elemento clave.

Pasando a los fondistas, el scratch reduce su distancia a sólo 5 kilómetros, es decir 20 vueltas, en lugar de las 40 para mujeres y 60 para hombres que tiene en los Mundiales. Por ello, la opción de ganar vuelta se diluye bastante aunque se mantiene la opción de ganar con ataques más lejanos o esperar al sprint.

La eliminación es la única prueba que no varía: los corredores tendrán que dejar la prueba cada dos vueltas.

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