Mitchell y Genest: de la rivalidad negativa a ser amigas inseparables

Radio-Canadá publicaba esta semana un interesante reportaje sobre las dos grandes figuras de la velocidad canadiense, Kelsey Mitchell y Lauriane Genest. Dos ciclistas que ahora son inseparables, que comparten piso y muchas horas de trabajo juntas. Pero que en un primer momento mantuvieron una intensa rivalidad. Cuando decidieron trabajar juntas fue cuando se dieron cuenta de sus posibilidades y llegaron a lo más alto, a esas medallas olímpicas de oro y bronce que lograron, respectivamente la de Alberta y la de Quebec. Ahora sueñan con estar en un mismo podio juntas, algo que lograron como equipo en la Copa del Mundo de Milton, en enero de 2020, cuando todo comenzó a cambiar, pero de forma individual.

Una pose a la que recurren a menudo, pero ahora
sus medallas olímpicas. Instagram Kelsey Mitchell

Mitchell (Sherwood Park, Alberta, 26 de noviembre de 1993) y Genest (Montreal, Quebec, 28 de mayo de 1998) se conocieron en 2017, durante el campo de reclutamiento de RBC Training Ground, aunque ni siquiera se hablaron, entre otros motivos porque la albertana no hablaba -ni habla- francés, mientras que la quebequense no dominaba el inglés por entonces. Pero no fue hasta mayo de 2018 cuando volvieron a coincidir, en la selección canadiense.

Genest, que procedía del patinaje, era la pistard más destacada, mientras que Mitchell era una recién llegada que no se mostraba demasiado satisfecha. “Odié los primeros meses con el equipo porque realmente no podía hacer nada. Me cabreaba mucho ser mala en un deporte. Me sentía como una impostora”. Sin embargo, a finales de año fue llamada para mudarse a Ontario, y en el Campeonato Canadiense lograba superar a Genest en la velocidad. “Para mí era una oportunidad de demostrar que podía estar en el equipo. Realmente nadie me conocía, acababa de llegar y les gané”.

Claro que ese resultado fue un shock para la de Montreal que recuerda que “Kelsey se volvió muy buena rápidamente. Mi lado demasiado competitivo e inmaduro la veía como una amenaza y una rival. No reaccioné bien a eso. Honestamente, eso me asustó. Eventualmente, ella estaba incluso un poco por delante de mí y todo fue muy difícil para mí”.

Los Juegos Panamericanas, donde no participó Genest y Mitchell se coronó como campeona de la velocidad, agudizaron ese malestar. “Era joven e inmadura. La llegada de Kelsey me afectó mentalmente. Yo era la nueva prodigio en el programa, y ​​de repente llegó y tomó mi lugar”

En un entrenamiento, Instagram Lauriane Genest

"Realmente quería que fuéramos amigas"

Pero el entrenamiento conjunto y el compartir techo con otros ciclistas canadienses comienza a cambiar la situación, a pesar de las dificultades de Lauriane para adaptarse a la llegada de Kelsey. “Tienes que entender que vengo del fútbol, ​​un deporte de equipo donde todos se ayudan y necesitan a los demás para tener éxito, explica Mitchell en el reportaje. “Traté de darle un poco de espacio ya que no me gustan los conflictos. A veces le decía que podíamos ser la número uno y dos del mundo, que podía haber dos plazas para los Juegos Olímpicos y que es posible que las dos pudiéramos estar allí”.

“Ella realmente quería que fuéramos amigas, por lo que estaba empujando en la dirección correcta”, reconoce Genest.

Y la Copa del Mundo de 2019-20 comenzó a mostrar los resultados de las dos corredoras, que compiten entre ellas, pero son conscientes de que se tienen que ayudar. En Cambridge las dos reciben sendas medallas de plata, en velocidad y sprint, pero sobre todo con ese oro en la velocidad por equipos en Milton.

“Terminé dándome cuenta con el tiempo que mantener estos sentimientos negativos hacia ella me estaba agotando. Tuve que aceptarla y tomarla como una aliada más que como una rival”, cuenta Genest.

La llegada del Covid, con el confinamiento, hizo que pasasen mucho más tiempo juntas… y ahora son inseparables fuera y dentro de la pista, a pesar de sus personalidades opuestas.

Buen rollo ante todo. Instagram Kelsey Mitchell

“Somos muy diferentes, pero funciona”

“A Kelsey le gusta la atención, no a mí. Ella habla alto y hace ruido, mientras que yo prefiero escuchar y callar. Ella también es más divertida que yo, pero no deberías decirle eso”, dice Lauriane riendo.” No siempre se toma en serio a sí misma, aporta un toque de buen humor al entrenamiento y, a menudo, tiene una forma de liberar la tensión. Digamos que aclara el estado de ánimo”

“Somos muy diferentes, pero funciona”, admite Kelsey Mitchell. “Si hubiéramos tenido la misma edad y asistido a la misma escuela, dudo que nos hubiéramos sentido atraídos la una por el otra. Es la bicicleta la que nos unió a pesar de nuestras grandes diferencias”.

De hecho, llevan ya varios años compartiendo casa en Oakville, cerca de Milton. Salvo las dos horas que Mitchell se levanta antes, “el resto del tiempo, prácticamente compartimos todo. Tenemos una rutina muy similar. Pasamos mucho tiempo entrenando, pero también recuperándonos”. La albertana, cuatro años y medio mayor, no siente que deba desempeñar el papel de hermana mayor con su compañera.

También difieren deportivamente hablando. Genest se centra más en sus impresiones y en las opiniones de sus entrenadores; Mitchell presta total atención a las estadísticas y datos recopilados.

Y el gran momento de sus vidas deportivas llegó en Tokio. La final de keirin tuvo a ambas como protagonistas, con Genest, tercera, y Mitchell, quinta y fuera del podio. “Con Lauriane en el podio, las lágrimas corrían por mis mejillas. Mi entrenador vino a consolarme diciéndome que tenía una buena oportunidad en la velocidad, Pero no estaba llorando porque estaba triste. Fueron lágrimas de felicidad y orgullo por Lauriane”.

Mitchell y Genest volvieron a la pista unos días después en la velocidad, y ambas coinciden en cuartos de final donde se impone la primera. Desde ese momento, la quebequense fue su mayor fan. “Cuando gané la medalla de bronce, estaba feliz, era una buena sensación, pero no lo que esperaba. Esos sentimientos, de explosión, de alegría, de celebración, sí los tuve cuando Kelsey ganó su medalla de oro”.

Plata ayer en Milton, junto a Sarah Orban. Twiter Canada Cycling
El gran objetivo, estar juntas en el podio, sonando el himno de Canadá

“No soy una persona de equipo”, admite Genest. “Soy independiente, individual. Eso es lo que me trajo Kelsey. Ella me enseñó que podíamos ayudarnos, entrenarnos y subir la escalera muy rápido como lo hicimos. Sentí que era mi medalla, pero también nuestra. Fue compartida con todos, pero especialmente con ella”.

Eso sí, la rivalidad entre ambas sigue existiendo. “Para mí, el desafío es creer que puedo hacerlo mejor que Kelsey. Creo en mí y en mi potencial. Pero a diario, también me doy cuenta a menudo de que ella está unos pasos por delante de mí y eso me motiva”.

Ahora, el objetivo es lograr ese podio compartido. “Uno de nuestros objetivos es lograr juntas un podio internacional en una prueba individual, pero no podemos ser segunda y tercera, una debe ganar”.

“Tenemos buenas actuaciones. Pero a menudo, yo en el keirin y ella, en la velocidad, raramente juntas. Tener éxito en la misma carrera al mismo tiempo, compartir este momento es uno de nuestros grandes sueños”, indica Genest. “Lograr eso además de los Juegos Olímpicos, juntas, mientras escuchamos el himno nacional de Canadá, ¡sería increíble!”, termina Mitchell.

Un resumen bastante amplio, pero aún así os recomendamos que leais el reportaje completo (en francés)

No hay comentarios:

Publicar un comentario