¿Habrá nuevo duelo Ganna-Bigham? En cuartetas, sí; en individual…

La desaparición de la persecución individual del programa olímpico en Londres 2012 supuso una fuerte crisis en esta disciplina, estancada muchos años en los 4:10.534 de Jack Bobridge hasta que el ‘mostacho más rápido del mundo’, Aston Lambie, llevó el récord a una nueva dinámica, con los 4:07.251 logrados en 2018 en Aguascalientes y los 4:05.423 un año más tarde en los Panamericanos de Cochabamba, siempre en altitud.

Luego entró en esa pelea el mejor persecucionista de todos los tiempos, Filippo Ganna, ya pentacampeón del mundo, que fue bajando progresivamente el récord del mundo, aunque le correspondió a Lambie el honor de ser el primero en bajar de los 4 minutos (3:59.930), en su velódromo fetiche de Aguascalientes. Con ello, y con el Mundial logrado en 2021, el estadounidense abandonaba los velódromos para embancarse en nuevos proyectos (y nunca mejor empleado el verbo, debido a su nueva aventura en la vela).

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Ganna se encargó de reclamar la propiedad del récord con un 3:59.636 que bajaba a nivel del mar -es decir, sin ayudas externas- la realidad de esos 4.000 metros y parecía acabar definitivamente con el duelo de la persecución.

Sin embargo, por ahí andaba brujuleando el inquieto Dan Bigham, el mayor experto del mundo en aerodinámica y rendimiento en ciclismo en pista. Un hombre cuyas condiciones físicas no son, ni de lejos, las de Ganna o de Lambie. Pero que sabe compensar con sus conocimientos, ganando un vatio aquí y otro allá, lo que su cuerpo no puede producir. Ya se dio cuenta cuando bajó su plusmarca hasta 4:05.275 en el Nacional británico, lo que le supuso el definitivo empujón para afrontar el récord de la hora en agosto de 2022, que logró batir con una marca de 55,548… que lógicamente Ganna pulverizó unos meses más tarde, pero que puso a ambos en el disparadero de un nuevo duelo, en la persecución individual.

Tras un primer asalto de tanteo, en Saint-Quentin-en-Yvelines 2022, Glasgow 2023 ha supuesto un verdadero intercambio de golpes entre ambos, resuelto por una victoria a los puntos del italiano, en una de las finales más espectaculares de la historia. No me gusta la comparación aparecida en algunos medios que hablaban del doctor Frankestein y su monstruo, porque el Dr. Bigham solamente ha pulido algunos detalles del gigante de Verbania, cuyas condiciones físicas son innatas y si alguien tiene el mérito de haberlas trabajado es el Dr. Marco Villa, responsable de sus éxitos con la selección 'azzurra'.

Twitter: UCI Track
Eso sí, en Cycling Weekly, Bigham ya comenzaba a hacer cábalas sobre lo que tenía que hacer para derrotar a su pupilo. “Es como medio vatio, ni siquiera es eso” manifestaba el británico, que fue en cierto modo el que animó al italiano a correr la persecución, que no estaba en sus planes iniciales… y sobre la que no tomó una decisión hasta comenzado el Mundial. Quizá si hubiese ganado con la cuarteta transalpina, se habría saltado la prueba y ahora Bigham sería el nuevo arco iris, aunque su plata por la derrota tiene mucha más repercusión que un oro por haber ganado sin Ganna.

“Voy a vencerlo dentro de 12 meses” dijo también a pie de pista el inglés. Aunque posiblemente esté pensando más en la persecución por equipos donde perdió la final olímpica, entonces no como corredor, sino como el responsable de aerodinámica de una Dinamarca que, como le sucedió el domingo, sufrió el latigazo del mejor Ganna. En París 2024 habrá un protagonista más, el equipo británico que el año pasado ganó el oro, pero que este sucumbió antes de tiempo por la mala suerte de Charlie Tanfield. Un equipo en el que está Bigham como corredor, como inspirador… y como ‘experto en la sombra’.

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Claro que a todos nos gustaría ver dentro de un año la revancha directa Bigham-Ganna en la individual, pero no sabemos si podrá ser alguna vez más en el futuro. Copenhague'24 será en octubre, y nuestros protagonistas posiblemente se salten el Mundial o lo afronten en unas condiciones mucho menos espectaculares que las que tendrán en agosto en París. Y en el caso de Ganna siempre estará ahí ese ‘consejo envenenado’ de los puristas, los que le dicen que abandone el velódromo para dar todo su potencial en la carretera.

Ojalá no les haga ni caso, y aunque de prioridad a las clásicas como Roubaix, nos deje la ilusión de poder vivir una nueva final como la del domingo. La pista y el ciclismo lo agradecerá.

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