Velódromos de París (III): 'La Cipale', el gran paraíso para la velocidad

No está muy claro si es Gran Bretaña, Francia o Estados Unidos la nación que tiene un mayor protagonismo en el arranque del ciclismo, en general, y de su versión en pista, en particular, en los años finales del siglo XIX. Sin embargo, sí es evidente que hay una capital mundial, París, que a finales de 1893 contaba con 23 velódromos en la ciudad y su periferia, según cuenta Pascal Sergent en su magnífica obra ‘Le temps des vélodromes’No hemos localizado tantos, aunque sí los suficientes para escribir esta serie en homenaje a los primeros años del ciclismo en pista, y a París.

Imagen del Bois de Vincennes donde se ve la ubicación
de los dos velódromos. Wikipedia / Colección Jules Beau. 
El 13 de abril de 1892 se presentaba una propuesta firmada por 7.000 personas para construir una pista permanente en el ‘Bois de Vincennes’, al este de París, aunque esa zona no correspondiera a su término municipal, hasta 1929. El 23 de marzo del año siguiente, la propuesta era votada afirmativamente y se adjudicaba un presupuesto de 68.000 francos para su construcción.

Así nacía el ‘Velodrome Municipale’ en 1894, aunque lo que no todo el mundo sabe es que este recinto daría paso en 1900 a uno nuevo, unos 300 metros al sureste de la anterior, construido en pocos meses de cara a los Juegos Olímpicos y la Exposición Universal de 1900, dos eventos que se solaparon durante muchos meses del año, y cuya inauguración se produjo el 3 y 4 de junio. Aparte de las pruebas de ciclismo, acogió numerosas competiciones y manifestaciones. Por cierto, el antiguo velódromo aún subsistiría algunos años e incluso también tuvo pruebas olímpicas su interior.

Una vista de 'La Cipale' en plena competición. X Paris-Historique

El nuevo velódromo pronto sería conocido por su aféresis de ‘La Cipale’, y su gran ventaja era su comunicación por tren, tranvía e incluso por barco con el centro de París. Pero más que los Juegos Olímpicos, su mayor fama la consiguió al albergar el Gran Premio de París durante casi cien años, hasta que la prueba dejó de organizarse en 1993. Y es que a principios del pasado siglo era casi más importante ganar esta cita parisina que el propio Campeonato del Mundo.

Y es que sus 500 metros de cuerda, con un homogéneo piso de cemento, favorecían las competiciones de velocidad, aunque sus peraltes no eran lo suficientemente empinados para permitir altas velocidades en las pruebas tras moto.

En 1909 se instaló una nueva cubierta metálica, calificada de ‘estilo Eiffel’, sobre sus gradas construida por el renombrado  arquitecto Jean Camille Formigé … que es el elemento que le ha permitido sobrevivir hasta nuestros días como monumento histórico-artístico, tras haber sido cerrado en los años 80, amenazado de demolición y recuperado en 2015 gracias a la campaña ‘Sauvons La Cipale’, aunque no especialmente para el ciclismo en pista: ahora mismo es la sede de dos clubes de rugby, Paris Université Club y Paris-Charenton XIII. En cuanto al trabajo en las gradas, debe estaar terminado el próximo año.

Merckx celebrando su primera victoria en el Tour. Wikipedia
Pero no adelantemos acontecimientos. En 1924 también fue escenario olímpico del ciclismo en pista -y de otros deportes como fútbol, rugby o tiro con arco- y durante varias décadas siguió albergando eventos ciclistas. Pero su mayor renombre entre los aficionados -sobre todo extranjeros- lo ganaría como sede del final de la última etapa del Tour de Francia, tras la desaparición del Parque de los Príncipes, desde 1968 hasta 1974: Eddy Merckx se coronó allí cinco veces y Luis Ocaña, una.

Desde 1987, año de su fallecimiento, recibe el nombre de Velódrome Jacques Anquetil, aunque para todo el mundo seguirá siendo y, esperemos por muchos años, ‘La Cipale’… que no tuvo ni el más mínimo protagonismo olímpico, ni siquiera por su valor sentimental, en 2024. 

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