Ceremonia protocolaria, momento peligroso en la nueva normalidad

Uno de los momentos que se señalan como más peligrosos y, por lo tanto, más sometidos a restricciones en cuanto a su desarrollo, son las ceremonias protocolarias. En las pruebas de pista –a nivel nacional, claro- suele ser la ocasión en que los familiares bajan hasta la ‘pelousse’ con el fin de estar cerca de los chavales, para hacer fotos de recuerdo del podio o incluso con los recién galardonados, con sus maillots y medallas. Pero como decía Cesáreo López, jefe de los servicios médicos de la Federación Española, “yo les diría que se olvidasen de ellos, que les digan adiós el primer día del Campeonato hasta el último, cuando ya no estén en contacto con otros corredores. Y por supuesto que se olviden de hacer algunas cosas que antes hacían con ellos”.

A falta de conocer un protocolo específico por parte de la Española, recordemos las indicaciones que determinó la Federación Catalana:  
Este tipo de concentraciones es lo que se quiere evitar
  • La zona de podio estará delimitada para evitar aglomeraciones, las personas que accedan deberán mantener la distancia de dos metros entre ellos y deberán llevar mascarillas y guantes para evitar cualquier contacto con partes metálicas o de plástico.
  • Los ciclistas premiados deberán acceder al podio solos, sin acompañantes ni familiares y deberán hacerlo con guantes de protección para evitar contactos digitales con la estructura del podio, y sin mascarilla. Los representantes de las instituciones y de la Federación harán acto de presencia en el podio respetando la distancia de seguridad de 2 metros y llevarán guantes y mascarilla. Quedan prohibidos los saludos y felicitaciones en el podio, como el tradicional apretón de manos. 
Por ‘cercanía’ podemos tener en cuenta el documento de la UCI del pasado 15 de junio, en relación a las ceremonias protocolarias en carretera. Como premisa básica señalaba reducir el número de corredores que deben acudir al mismo tiempo, algo que en pista es bastante común ya que se aprovechas parones específicos para recompensar a los corredores de varias pruebas que han tenido lugar anteriormente.

La UCI también contempla el alejamiento de las tarimas de los distintos premiados hasta 1,5 metros e incluso el uso de mascarillas, algo que me parece demasiado riguroso teniendo en cuenta que han estado compitiendo juntos –y sin separaciones de seguridad- en la pista.  También se contempla la separación en la zona de espera antes de la ceremonia, la circulación en un único sentido en los aledaños del podio, y que sean los corredores los que recojan sus propias recompensas sin que pasen por otras manos.

Aunque esta imagen de la UCI sea impensable en un protocolo en España,
tampoco se podría vivir tamaña aglomeración a partir de ahora
Cabe destacar también la prohibición del contacto entre corredores, descartando, por lo tanto, la tradicional foto de los tres premiados juntos en el mismo cajón, los apretones de manos e incluso los besos. Algunas carreras han aprovechado estas circunstancias para prescindir de las azafatas y de la ceremonia del beso.

Para los medios, también hay restricciones, y no solo en el número de fotógrafos presentes, con distancias de seguridad entre ellos, en base a las reglamentaciones sanitarias nacionales, sino de impedir cualquier contacto con los galardonados.

Claro que también hay medidas más extremas como las que propone la FFC que recomienda incluso que la ceremonia protocolaria sea privada –prohibida- y que el organizador facilitase las fotografías del acto.

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