¿Plan ‘estratégico’ de la RFEC 2020-22? Dejémoslo en un programa electoral camuflado y de nuevo sin ideas para 'resucitar' la pista (II)

La semana pasada desmenuzábamos las interioridades del mal llamado Plan Estratégico de la RFEC para el Periodo 2020-22. Un documento más cercano a un folleto electoral que a un plan de trabajo destinado a aportar soluciones para la pista, y que tras la convocatoria ayer de las elecciones federativas se entiende plenamente su publicación en este momento.

Sin embargo, nos quedaron en el tintero algunas consideraciones relativas a los Campeonatos de España, que se trataban de forma diferenciada en el opúsculo federativo, de los que se dice que “representan una riqueza para nuestro deporte y para la RFEC”. Totalmente de acuerdo: bien gestionados, son una interesante fuente de ingresos, como descubrió la UCI hace años, aunque al máximo organismo ciclista mundial se les haya ido un poco de las manos. Pero esta no es la cuestión. Y si aparte de los ingresos, se recortan los gastos, como viene sucediendo con la pista, mejor balance neto. En este aspecto lógicamente mi disconformidad –y la de todo el mundillo de los velódromos- es manifiesta, aunque de poco ha valido hasta ahora.

Sin entrar a valorar –porque ni siquiera merece la pena- ese brindis al sol que es “mejorar los servicios de los Campeonatos de España, para crear una mejor experiencia de los deportistas”, es absolutamente aberrante que se diga que se pretende “favorecer la cobertura y formatos que favorezcan el seguimiento por parte de los deportistas, aficionados, medios de comunicación…” cuando los Nacionales de pista de Valencia, en septiembre de 2019, fueron los únicos de entre las principales modalidades que no tuvieron ni ‘streaming’ ni resumen televisivo, por no hablar de los Campeonatos de España de omnium, en Palma, o de madison, en Galapagar, en los que ni siquiera hubo una persona del Departamento de Comunicación federativo. Y eso que Galapagar está a menos de media hora de la sede del organismo rector del ciclismo nacional.

Así que, cuando el presidente de la Española dice en la web federativa, con motivo de la presentación de este Plan, que “efectuamos una transformación digital, de comunicación e imagen sin precedentes”, solamente me queda pensar en el viejo dicho: ‘Virgencita, que me quede como estaba’. Y es que siguen entender que los nuevos caminos del marketing, del entretenimiento e incluso de la formación, por mucha prioridad que les quieran dar, no están reñidos con tener que crear y proporcionar una información de calidad que debe ser, como ya he repetido en muchos foros, la adecuada, en el momento adecuado para el propósito adecuado. Y que dista mucho de estar dándose.

Norbey Andrade, en el último Nacional
Por otro lado, lo del formato de los Nacionales enlaza perfectamente con lo ya comentado en la primera parte: los Campeonatos de España para juniors y cadetes en Semana Santa son un acierto, aunque a lo mejor deja de ser viable según nuevo el calendario UCI con los Mundiales en abril, pero que se convierte en un inmenso error si se completan con la categoría élite, ya que no hay días para todos y nos encontramos unas competiciones sobresaturadas. Unos Campeonatos que, por cierto, deben ir en consonancia con otros eventos nacionales e internacionales de pista…. y sin conflictos ni coincidencias con el calendario de carretera.

En cuanto a la propuesta de “adoptar las últimas tecnologías disponibles para modernizar los Campeonatos de España”, simplemente me queda sonreir al recordar la entrevista que realizábamos a Ernesto Domenech, Edosof, en la que proponía diversas iniciativas respecto a la gestión, que se habían quedado en agua de borrajas por el desinterés federativo en asumir el coste que conllevan estas innovaciones, que en algún caso son mínimos de funcionamiento que se aplican en cualquier lugar del mundo De hecho, la única modernización que hemos vivido en este evento en los últimos años es la comunicación de resultados y otras informaciones vía WhatsApp gracias al desvelo de profesionales como Norbey Andrade, Aritz Llinares o Quique Canteli, no a ningún plan de comunicación, de gestión o como se le quiera denominar en base a esos términos modernizantes pero vacíos de contenido que tanto les gusta usar por Ferraz 16.

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