Impresionante progresión de la persecución individual en tres años

Archibald, saludando al público tras los 4:09
de Manchester. Foto: British Cycling

Hace poco más de tres años -el 19 de diciembre de 2018-, el escocés John Archibald se convertía en el primer ciclista en romper, a nivel del mar, el histórico récord del australiano Jack Bobridge, los 4:10.534 que había establecido en 2011 en Sidney, en el Nacional australiano, y que estaban resultado tan difícil de batir como la marca que superó, los 4:11.114 de Boardman, que permanecieron en el ‘top’ durante quince años.

Archibald, sin embargo, no batió el récord absoluto, ya que unos meses antes un entonces semidesconocido y peculiar norteamericano llamado Ashton Lambie había reventado la plusmarca mundial, con un 4:07.251, amparado en su peculiar estilo de salir a petar, en la altitud de Aguascalientes. Pero de momento le dejamos de lado para reconocer la enorme valía de la marca del escocés, la segunda mejor de todos los tiempos y la mejor a nivel del mar, y que pocos meses después se convertiría en el segundo persecucionista en romper la barrera del 4:10. Como decíamos, muchos se habían acercado a la histórica marca de Bobridge, pero nadie lograba superarla: de hecho, Filippo Ganna, apenas un prometedor veinteañero entonces, había ganado sus dos primeros mundiales con unas marcas muy lejanas a las que ahora acostumbra: 4:16.127/4:16.141 en 2016, y 4:13.622/4:13.697 en 2018, logrando la plata en 2017 con 4:14.647 en la clasificatoria y 4:21.299 en la final.

Milan, tercero en el escalafón. Foto: UCI Track

Ya en el Mundial de Pruszkow Ganna se llevaba el oro bajando con mucho de los 4:10, y acercándose peligrosamente a la plusmarca de Lambie, y a nivel del mar. Pero el de Nebraska volvía a dar otro golpe en las alturas, concretamente en los 2.500 metros sobre el nivel del mar de Cochamamba, batiendo la plusmarca por partida doble y dejándola en 4:05.423. Ya hemos escrito ampliamente sobre la batalla entre italiano y estadounidense, con Ganna cogiendo la delantera hasta el último semestre del 2021 cuando Lambie se convertía en el primer hombre en bajar de los 4 minutos, en un intento ex profeso realizado en Aguascalientes y lograba su primer ‘arco iris’ en Roubaix. Una batalla que ha resultado muy positiva para la disciplina y que aún no ha terminado: a la larga seguro que termina ganando el transalpino.

Han pasado apenas tres años desde aquel momento y el panorama de la persecución es radicalmente distinto. Y no sólo por los dos ‘capos’, sino por la cantidad de corredores que en un momento de su carrera han conseguido mejorar esa barrera que era la plusmarca de Bobridge. Para ello, he recopilado los mejores tiempos de siempre en la persecución (*) y nos encontramos con que, aparte de los tres corredores ya mencionados, otros quince la han superado alguna vez. Más significativo aún es que los siete mejores tiempos en los dos últimos Mundiales estuvieran por debajo de esos 4:10.534.

Buck-Gramcko y Heinrich, oro y plata
en el último Europeo sub23. Foto: BDR

De todos ellos, quien presenta un porvenir más halagüeño es Jonathan Milan, ya que a sus 21 años realiza mejores tiempos de los que marcaba Ganna a su edad, como bien ha recordado ‘Pippo’, con una mejor marca personal de 4:05.750. Pero también está un Ivo Oliveira al que quizá le falte continuidad o simplemente un proyecto de cuarteta en su país; un Lev Gonov que no termina de explotar como lleva ya algunos años amenazando, o dos veteranos como Claudio Imhof y Aaron Gate que mejoran con los años como el vino.

Y por supuesto no debemos olvidarnos del arsenal alemán con los jovencísimos Tobias Buck-Gramcko y Nicolas Heinrich en apoyo de Domenic Weinstein y Felix Gross -si no abandona la pista ahora que está en el World Tour, como sucederá con Stefan Bissegger-; de que Italia ya ha metido a un tercer ciclista en el ‘club’, el prometedor Manlio Moro, y que Francia también tiene a dos ‘socios’ que, pese a sus trayectorias radicalmente diferentes, Corentin Ermenault y Benjamin Thomas, aún tienen mucho que decir.

Y no deja de ser curioso que, pese al declive que le supuso perder su carácter olímpico, la mejoría de tiempos de la persecución individual es mucho más palpable que la de por equipos, aunque esta sea mucho más espectacular. 

Los mejores registros de persecución individual de todos los tiempos

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