Gleb Syritsa y Lokosphinx: los pistards, protagonistas en Don Benito

En lo mas alto del podio.
Foto: Fundación Contador Team
No suele ser el Circuito Guadiana una prueba que se les de mal a los corredores del Lokosphinx, la formación rusa del mítico Alexander Kuznetsov afincada en Tortosa. Hace cuatro años el hoy profesional con los colores del Kern Pharma Savva Novikov se imponía en Don Benito y ayer no sólo conseguían la victoria individual con Gleb Syritsa, vencedor del grupo de escapados que pudo llegar a meta entre otros motivos por la potencia de este ruso. También subían al podio como mejor equipo, gracias al cuarto lugar de Egor Igoshev y al quinto de Ivan Smirnov, liderando el pelotón que llegó a 16 segundos.

¿Y por qué hablo hoy de una prueba de carretera? Sencillamente porque los corredores del Lokosphinx son la base de la selección rusa de pista, con dos generaciones diferenciadas, pero con enormes cualidades -y resultados- en los velódromos. Por un lado, están los mayores, con Ivan Smirnov, con 23 años recién cumplidos, Lev Gonov, Nikita Bersenev y el propio Syritsa, todos ellos nacidos en 2000. Por otro, los más jóvenes, del 2002, Egor Igoshev, Vias Shichkin e Ivan Novolodoskii, por cierto, hermano de la medallista olímpica rusa Maria Novolodoskaya.

El que más éxitos ha obtenido hasta el momento es Gonov, al que ya le conocemos en España por haber ganado la contrarreloj de la Vuelta a Valencia 2020 y haber terminado segundo en la general. Pero también hablamos de un persecucionista capaz de rodar en 4:05.549 -estableció esa marca hace escasamente un mes-, de conseguir la plata en el último Europeo, y, junto a sus compañeros de equipo y generación, de situar a Rusia como una de las grandes alternativas de futuro en la persecución por equipos, con una mejor marca de 3:47.315.

Entrando en meta, sin dar opción a sus rivales.
Foto: Circuito Guadiana

Volviendo con Syrista, ha ganado las dos últimas ediciones de la Vicenza-Bionde, aparte del Circuito del Porto-Trofeo Arvedi, en 2021, ambas carreras en Italia. En los velódromos, aparte de los éxitos colectivos, tuvo su mejor triunfo en el Europeo 2020 donde ganó el ómnium con una auténtica demostración. Por cierto, en la persecución individual también es capaz de rodar por debajo de 4:10 (4:09.512).

Tampoco es cojo como rodador Smirnov, aunque su carrera se vio afectada el año pasado por una fractura en su pierna. No obstante, me quedo con la gran actuación que tuvo en ese mismo Europeo de Fiorenzuola, en el que junto a Gonev daba otra exhibición en la madison, demostrando que la persecución sigue siendo la base de los éxitos en el fondo.

Bersenev es el menos exitoso de los veteranos, pero un perfecto complemento en la cuarteta, mientras que los tres jóvenes van entrando poco a poco en el equipo ruso y con destacadas actuaciones. Por ejemplo, me encanta la inteligencia en las carreras de pelotón de Shichkin, que el año pasado se llevaba el bronce en la puntuación del Europeo de Grenchen. Como los mayores, también son consumados persecucionistas: en 2020, aún como juniors, y junto a Vyacheslav Ivanov, establecieron un nuevo récord del mundo, con 3:57.989, aunque no sé por qué motivo no figura en la relación oficial de la UCI.

No me extiendo más sobre el potencial de los ciclistas del Lokosphinx, ni mucho menos aventuro más y mayores éxitos en la Copa de España, pero no puedo terminar sin recordar las enormes sinergias que hay entre carretera y pista. Incluso debo llamar la atención para que este esquema de equipo-selección pudiera trasladarse a España, donde son necesarias nuevas fórmulas para resucitar una pista moribunda.

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