Historia de los Mundiales (IV): Llega la persecución y Guillem Timoner

Cartel de los Mundiales de 1947

Dejábamos nuestra historia de los Campeonatos del Mundo de pista en el velódromo Vigorelli de Milán en el que por culpa del inicio de la II Guerra Mundial, se frustraba la inclusiónde la persecución individual en el programa mundialista. Tuvo que ser en la primera edición de posguerra, en el mítico velódromo Oerlikon de Zurich, en 1946, cuando debutó esta disciplina, pero con una curiosa dualidad: mientras que los amateurs recorrían 4.000 metros, para los profesionales se estableció -sin saber muy bien las razones- un kilómetro más.

Fue la única novedad en este periodo que analizamos hasta 1957, ya que un año más tarde en París el programa tuvo una importante novedad con la inclusión de las pruebas femeninas y con la recuperación del mediofondo amateur, que se disputó hasta 1914… pero no se reanudó tras la I Guerra Mundial. Pero no adelantemos acontecimientos. Un periodo en el que la aparición del bloque del Telón de Acero todavía no se notaría en su dominio en las categorías de aficionados, amparados en su filosofía de no poder ser profesionales, aunque realmente fueran profesionales de Estado.

Estos doce Campeonatos del Mundo se disputaron en Europa, perdiéndose ya de forma definitiva esa presencia norteamericana que marcó los primeros años mundialistas. De hecho, se tardarían veinte años en celebrarse nuevamente fuera de Europa y treinta en volver a los Estados Unidos. 

Messina. Foto: El Sitio del Ciclismo. Jacques Burremans

No hubo tampoco ningún país nuevo como organizador que se uniera a los tradicionales y los eventos tuvieron lugar en Suiza, Francia, Países Bajos, Dinamarca, Bélgica, Italia y Alemania -ahora llamada Alemania Occidental o RFA-. Campeonatos que tuvieron lugar en una sola sede -aunque la parte de carretera se disputase en otro escenario, pero en el mismo país- y que poco a poco fueron fijándose en la segunda quincena de agosto, semana arriba, semana abajo.

Volviendo a la persecución, el primer gran especialista de la historia mundialista sería el italiano Guido Messina, ganador como aficionado en 1948 y 1953 -y dos veces bronce entre ambas-, y triple ‘arco iris’ como profesional en los años siguientes, para caer en la final en 1947 ante Roger Rivière, que le relevaría en ese ‘hat trick’. 

Claro que en ese palmarés profesional impresiona más el nombre de Fausto Coppi, con dos oros, en 1947 y 1949, con una plata intermedia. También hay que señalar al australiano Sydney Patterson, que, tras haber ganado la velocidad en 1948, se impondría en la persecución, en 1950, como amateur, y posteriormente como profesional en 1952 y 1953.

Reg Harris. Foto Wikipedia
En la velocidad, el indiscutible rey de este periodo fue Reginald 'Reg' Harris, campeón amateur en 1947, y profesional en 1949, 1950, 1951 y 1954, y al que se le puede considerar como el primer velocista 'full time', ya que su metódica preparación se realizaba fundamentalmente en el velódromo, usando solo la carretera como complemento… manteniendo tanto la posición como la forma de entrenar. 

No obstante, su reinado fue más limitado que el de su predecesor, Jef Scherens, que ganaría su último título en 1947, después de que la final de 1939 no pudiera terminarse, y sobre todo que el de su sucesor, el italiano Antonio Maspes, el hombre que da nombre al mítico Vigorelli y que ganó los dos primeros de sus siete títulos en 1956 y 1957.

Y terminamos con el mediofondo, donde se destaca el belga Adolph Verschueren, triple vencedor entre 1952 y 1954… año en el que hacía su debut Guillem -Guillermo, como se le castellanizaba en aquella época- Timoner, con una prometedora sexta plaza, que se transformaría en 1955 en la primera medalla de oro de la historia del ciclismo español. Le costaría cuatro años volver a ser campeón –aunque en Copenhague 1956 y París 1958 lograba la plata- para enganchar los títulos en Amsterdam (1959), Leipzig (1960), nuevamente Milán (1962), París (1964) y despedirse en San Sebastián (1965), convirtiéndose en el más laureado mediofondista profesional de la historia.

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