México retoma el camino hacia París después de su tumultuoso 2021

Tras un agitado y tumultuoso final de ciclo olímpico de Tokio, con la polémica de la exclusión de dos de sus principales bazas como Jessica y Yareli Salazar, y la sanción a la Federación por parte de la UCI por las irregularidades cometidas por su presidente, Edgardo Hernández, México comienza a recuperar el pulso ciclista, aunque bajo la tutela directa de CONADE, y afronta las pruebas de clasificación para los Juegos Olímpicos de París con pleno optimismo, aunque quizá algo desmesurado.

El trío femenino en Yakarta. Foto: CONADE

La selección mexicana participó con su equipo completo en la Copa de las Naciones de Yakarta, y en la capital indonesia se han quedado entrenando hasta el próximo jueves 9, día que se desplazarán a El Cairo para competir en la segunda manga. Luego regresarán a su país para preparar la tercera y última cita, en Milton, sin olvidarse de los objetivos del Panamericano de San Juan, en junio, y el Mundial de Glasgow, en agosto. “Venimos a Yakarta para saber cómo estaba su nivel y la verdad ha sido muy positivo, estamos en una zona bastante prometedora de rendimiento y en desarrollo progresivo”, señaló el seleccionador mexicano, Iván Ruiz.

El ‘problema’ de tener que elegir entre tres velocistas para Tokio, y que originó el incomprensible descarte de Jessica Salazar, es ahora una ventaja, ya que con la recordwomen de los 500 metros, junto a las olímpicas Yuli Verdugo y Luz Daniela Gaxiola tienen un trío de plenas garantías: quedaron séptimas en Yakarta y tienen la ventaja de ser la mejor nación americana -con permiso de una Canadá que no termina de cuajar-, lo que les podría dar una importante ventaja de puntos, en especial con el duelo presumible que mantendrán con naciones europeas como Francia o Polonia para estar entre las ocho selecciones olímpicas.

Selfie de los velocistas mexicanos. Foto: CONADE

Por el contrario, en el fondo la cosa no pinta tan bien para las mexicanas. La cuarteta formada por Victoria Velasco, Yareli Acevedo, Jessica Bonilla y María Antonieta Gaxiola terminaba en el puesto duodécimo, con un tiempo de 4:31.626, y con la ausencia de equipos como Suiza o Polonia, que estarán en la siguiente manga, o la inesperada de China. Y aunque desde CONADE se señala la importante mejora de tiempos en los últimos meses, la competencia por las últimas plazas va a ser feroz y ahora mismo, la marca de corte debe estar en unos lejanos 4:20, aunque volvemos a insistir en la ventaja de ser una nación americana, a pesar de que en este caso las cuartetas de Estados Unidos y Canadá son claramente superiores.

Más complicada resulta la clasificación vía madison u ómnium, sin resultados llamativos en Yakarta, aunque no está de más recordar que Yareli Salazar podría entrar en el equipo una vez que ha superado las lesiones físicas que le afectaron en el último año.

Lo que parece altamente improbable es que México vuelva a tener representación masculina en unos Juegos, lo que no ocurre desde 2016, cuando Ignacio Prado fue el único pistard mexicano presente. Tras haber descartado competir en la persecución y sin alinear a nadie en la madison en la manga inicial, la vía de clasificación tendría que pasar el ómnium, donde no hay nadie con plenas garantías: Ricardo Peña solamente pudo ser decimonoveno en Yakarta.

Y en velocidad, aunque Ismael Verdugo, Juan Carlos Ruiz y Jafet López estuvieron en la primera manga y repetirán en la segunda, ni su duodécimo puesto, ni su tiempo, ni siquiera su ‘status continental’ les ofrece una ventaja, con Canadá y Colombia por delante, aunque los cafeteros terminasen peor.

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