El velódromo de Spresiano: del sueño italiano a la pesadilla sin final

La primera vez que escribimos en TrackPiste sobre el velódromo de Spresiano fue en abril de 2019, con ocasión de una jornada de puertas abiertas para visitar el que se presentaba como el gran sueño del ciclismo italiano -por sus características y ubicación-, aunque no dejaba de ser en ese momento una construcción incipiente.

Dieciséis meses después el velódromo trevisano volvía a tener protagonismo cuando, con ocasión de otro evento, se anunciaba que aspiraba a poder acoger el Mundial de 2026… aunque en ese momento la construcción estaba paralizada desde casi un año atrás por culpa del incumplimiento del fabricante y futuro gestor, Pessina Costruzioni, una empresa líder en Italia para la construcción y administración de edificios públicos y privados. La situación se agravaba por la quiebra y la construcción se quedaba en el aire. La pandemia de Covid-19 agravaba el caso y del sueño de Spresiano se pasaba a la pesadilla.

La posibilidad de nombrar un Comisario extraordinario es una vía que se utiliza en Italia para la dirección de grandes obras e infraestructuras… que no es válida para este caso. Además, los costes del mismo han crecido de manera desproporcionada, con un fuerte desfase presupuestario, y no hay forma de garantizar el reinicio de las obras.

La Federación Italiana no puede acometer por si misma esta construcción, y además ha tenido que manifestar claramente su intención de considerar prioritaria esta instalación, después de que una serie de malentendidos hicieran pensar en que no le importaba mucho. “El Velódromo Spresiano es ciertamente estratégico dentro de la planificación federal. Al respecto, parece necesario subrayar que la FCI está experimentando con todas las posibilidades que se pueden basar en los estándares de referencia, junto con el Primer Ministro y todas las instituciones designadas para esta tarea, para poder resolver el estancamiento. en la que vinimos a reunirnos, tras la interrupción de las obras y tras la quiebra de la empresa adjudicataria del contrato”. Pero eso sí, el presidente Cordiano Dagnoni ha recordado que “somos actores pasivos, porque la planta no es nuestra y tampoco el dinero”. Igualmente se ha reseñado el tema de la gestión: si la ubicación es extraordinaria, incluso a nivel internacional -para ciclistas austriacos, eslovenos e incluso suizos- su aislamiento no lo hace muy interesante a la hora de gestionarlo como sede de eventos.

De momento, el asunto está en ‘impasse’, e incluso ha salido a relucir una posible apuesta por otro proyecto -que sólo es una ilusión-, el velódromo de Misano Adriático, en el complejo del circuito de velocidad. En este sentido son interesantes las declaraciones del emprendedor Remo Mosole: “Somos la provincia más ciclista de Italia: sería como quitarles el hipódromo de Ascot a los británicos. No creo que Italia pueda renunciar a completar la construcción del velódromo de Spresiano, una obra de ubicación estratégica para el ciclismo italiano e internacional. Si el ciclismo italiano no puede terminar el velódromo de Spresiano, significa que no puede construir otro velódromo”, aunque también avisa de que quizá haya que apostar por un recinto menos ambicioso.

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