Jeannie Longo o el récord de la hora de todas las maneras posibles

Durante las semanas pasadas, hemos tenido la ocasión de revivir los aniversarios de dos récords de la hora, en el medio siglo del de Eddy Merckx o los ochenta años del de Fausto Coppi, sin olvidarnos tampoco de la proeza que significó la plusmarca de Chris Boardman en el año 2000.

En 1989, en el Mundial. Flickr Anders
Precisamente en ese año 2000, un día como hoy, la francesa Jeannie Longo establecía la última de sus nueve plusmarcas -en diez intentonas, de las que sólo una no fue exitosa-, logradas en diferentes escenarios y circunstancias, pero que merecen esta pequeña historia como homenaje a la polifacética campeona francesa, y que en esto de la pista logró cuatro ‘arco iris’ -tres en persecución y uno en puntación-, de los trece conseguidos, aunque le faltase redondear con la medalla olímpica, que sí logró en carretera en cuatro ocasiones, con el oro en Atlanta 96 como punto culminante de su carrera.

20 de septiembre de 1986. El récord de la hora de la neerlandesa Cornelia ‘Keetie’ van Oosten-Hage (43,083) ya tiene ocho años, y Longo, en su plenitud deportiva -28 años- se plantea afrontar esta plusmarca, eso sí, respaldada por los grandes avances tecnológicos de la época y por la altitud de Colorado Springs. Ni que decir tiene que lo batió ampliamente, por casi 1,7 kilómetros, 44,770.

Como en aquella época también se contemplaban los récords a nivel del mar y en pista cubierta, Longo aprovechó su forma para batir el primero el 30 de septiembre en el Vigorelli milanés (43,587) y el segundo el 7 de noviembre, en el Palais des Sports de Grenoble (44,718).

22 de septiembre de 1987. A pesar de la sensible mejora, Longo pensó que podría mejorar su marca y se metió de nuevo en el 7-Eleven Velodrome de Colorado Springs, un año más tarde, aunque lo lograría por solo 200 metros (44,933). 

1 de octubre de 1989. Aunque nadie había amenazado su reinado, ya como Longo-Ciperelli tras su matrimonio, quiso ponérselo más difícil a sus adversarias y de nuevo aprovechó el final de la temporada para dar un empujoncito al récord. Solamente que esta vez optó por el velódromo de Ciudad de México, para llevarlo hasta los 46,352 kilómetros, con una nueva intentona el 29 en Moscú, donde fijaba la plusmarca en pista cubierta en 45,016. 

Durante casi seis años, el récord de la hora dejó de ser un objetivo para las ciclistas de la época, hasta que llegaron Cathérine Marsal e Yvonne McGregor, que en apenas dos meses durante la primavera de 1995 subieron el registro a 47,112, en Burdeos, y 47,411, en Manchester. El haber conseguido estas marcas a nivel del mar, superando ampliamente su registro, parecía suponer el final de la ‘época Longo’, quien ya contaba con 36 años. Craso error.

Longo, en plan superwoman, a por los 48 kilómetros. Foto: Sosenka.cz
26 de octubre de 1996. Longo vuelve a México, a punto de cumplir los 38 años -cinco días después lo celebraría-, pero con las máximas ambiciones... y estrenando la postura de superman, en este caso superwoman. Y una vez más demostraba su enorme talla para recuperar el récord por más de 700 metros de distancia (48,159). Se convertía en la primera mujer en superar esa barrera de los 48 kilómetros… algo que no se conseguiría de nuevo hasta cuarto de siglo después por el cambio den la normativa. Pero no adelantemos acontecimientos.

Nuevos bríos

Fue precisamente ese cambio de la UCI lo que espoleó a la francesa a volver al velódromo. La decisión de anular todas estas plusmarcas y ‘degradarlas’ a mejor esfuerzo humano, suponía que la antigua plusmarca de Van Oosten-Hage (43,082) volvía a ser el récord oficial. Se preparó a conciencia para afrontar su tentativa en México, nada más terminar el Mundial de 2000l. Pero la australiana Anna Milleward -también conocida por su apellido de soltera, Wilson- se le adelantó y en los primeros días de octubre de 2000 ‘actualizaba’ la tabla de récords con un 43,501, una distancia sensiblemente inferior a las logradas en los años anteriores por la francesa.

Una imagen de Longo, con la postura clasica. Twitter David Guenel

5 de noviembre de 2000. Tras una semana en México, donde llegó con todo perfectamente planificado, ese día se dan las condiciones meteorológicas ideales para afrontar el récord… que llegaría con 44,767 kilómetros, 1.266 metros más que la australiana… y curiosamente una marca muy similar a la que había establecido hace 14 años. Pero no le valía, ya que con lo que soñaba era estar por encima de los 45. Y dado que aún le quedaba una semana más de estancia, volvió a intentarlo siete días más tarde, en la única tentativa en la que no le acompañó la fortuna, ya que un pinchazo cuando llevaba apenas diez minutos hizo que desistiese.

Tuvo que volver a Francia, pero pensando en regresar lo antes posible, lo que hizo al mes siguiente, y concretamente ese día 7 de diciembre de 2000, Longo entraba nuevamente en la historia, rodando por encima de los 45 kilómetros, 45.094, 327 metros más que el mes anterior y eso que las condiciones no fueron ni muchos menos las de entonces. Y con 42 años.

Esta última plusmarca le duraría tres años, hasta el 1 de octubre de 2003 cuando Leontien Zijlaard-Van Moorsel llevaba la plusmarca hasta los 46,065, otro registro que no sería superado hasta que cambiaron y se flexibilizaron las normas. Eso sí, los 48,159 antes referidos solo dejaron de ser la mejor marca -aunque se la llamase mejor esfuerzo humano- el año pasado cuando Joss Lowden rodaba en Grenchen hasta los 48,405 kilómetros. Unos meses antes, Longo todavía era capaz de ganar una carrera ciclista a sus 62 años.

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